Un nuevo estudio muestra que es evitar la religiosidad en la infancia lo que puede dañar de hecho la libertad de sus hijos, ya que la evidencia sugiere que practicar la religión de niño y adolescente protege contra el alcoholismo y otras adicciones en la adolescencia y juventud adulta.
Acudir a la iglesia en la infancia y adolescencia (y no un mero “creer”) es lo que protege contra el alcoholismo y otras adicciones.
Se trata de una investigación firmada por Michelle V. Porche y otros colaboradores de universidades de EEUU que se ha publicado en una convención sobre superación de adicciones en la Chester University, en Inglaterra. El estudio se puede descargar aquí.
La Chester University está, además, estudiando la efectividad de los programas de 12 pasos de superación de adicciones (como los de Alcohólicos Anónimos) que incluyen un paso que implica acudir a un “Poder Superior” (es el Higher Power Project, www.chester.ac.uk/higherpowerproject ).
El estudio muestra que una infancia religiosa protege contra los comportamientos adictivos, y añade además que “la religiosidad puede ser especialmente protectora durante el periodo de transición de la adolescencia a la incipiente etapa adulta”.
Jóvenes católicos alegres en la JMJ de Rio, sin necesidad de alcohol
Los autores señalan que si los adolescentes hacen una “opción personal” de implicarse en actividades espirituales y religiosas es más probable que tengan un comportamiento sano y buenas decisiones en su vida adulta.
El alcoholismo no es un problema menor de salud. La Organización Mundial de la Salud considera que el abuso del alcohol causa 3,3 millones de muertes al año, un 6% de las muertes anuales. Las personas que abusan del alcohol son, en gran medida, aquellas que empezaron a consumirlo en exceso demasiado jóvenes.
En Estados Unidos, por ejemplo, el alcohol está legalmente reservado para mayores de 21 años, y sin embargo la mitad de los encuestados dice que empezó a beber a los 15 años o antes.
Otro descubrimiento de este estudio es que la religiosidad es especialmente eficaz en proteger a las mujeres del alcoholismo.
“Nuestro estudio apoya que una mayor religiosidad en la infancia y primera etapa adulta, definida como más asistencia a la iglesia en estos periodos de vida, puede proteger contra un uso precoz del alcohol y contra el desarrollo de problemas de alcoholismo posteriores. La religiosidad es uno de los muchos factores que pueden influir el uso del alcohol pero el hecho es que está asociada con un riesgo menor en los primeros años de vida adulta y eso es importante para intervenciones potenciales”, señala el estudio.
El estudio, que se basa en el estudio en profundidad de 900 jóvenes representativos de 18 a 29 años, refuerza así hallazgos anteriores, incluso con bases étnicas. Por ejemplo, un estudio de 2001 (de Hodge, Cardenas y Montoya) y otro de 1999 (de John M- Wallace) mostraba que los jóvenes latinos de EEUU que acudían a la iglesia con más frecuencia eran los que menos se implicaban en el uso de drogas. La única excepción eran aquellos que compaginaban el ir a la iglesia con pertenecer a bandas latinas.
Los autores proponen que las iglesias trabajen más estos temas de adicciones y alcoholismo con los jóvenes –precisamente por ser eficaces- y considera que los profesionales de salud mental, además de recurrir a métodos como los 12 pasos, que tienen un elemento espiritual, deben considerar incluir más los aspectos espirituales de sus pacientes en los tratamientos, si los pacientes indican que lo apreciarían.
En España, los chavales de familias socialmente católicas dejan la práctica religiosa entre los 12 y los 14 años, justo después de realizar la Confirmación. En 2008 (estudios de fundación Santa María y Libro de Vida-Metadigma) se comprobó que 8 de cada diez niños españoles son cristianos y rezan a Dios, seis de cada diez niños españoles van a misa ocasionalmente y 4 van casi cada semana. Pero de 12 a 14 años, ya sólo un 60% cree en Dios y le reza, y sólo un 20% de 12 a 14 años va a la iglesia semanalmente.
Los padres dejan de llevar los chicos a misa a los 13 años, y por eso de 13 a 15 años ya hay sólo un 17% de practicantes firmes. A esas edades, uno de cada cuatro, practicante o no, sigue convencido de que Dios existe, pero un 30% está ya convencido de que no hay Dios.
De los datos del INE 2007 se puede deducir, por ejemplo, que hay en España 2,1 millones de jóvenes que no van a la Iglesia, pero que se autodefinen como católicos y que además aseguran que la religión es para ellos "muy o bastante importante". Si dieran el paso a acudir a las iglesias, parroquias o movimientos y cofradías, su riesgo de caer en el alcoholismo o drogas se reduciría mucho.
La Iglesia española mantiene, en general, un núcleo fuerte de jóvenes, aproximadamente un 10 o 12% de los que hay en el país, casi un millón de españoles entre 15 y 29 años que son practicantes y están convencidos de su fe, muy protegidos contra estas adicciones. El resto corre más peligro.
El peligro de alcoholismo entre los jóvenes españoles es grande, según recuerda una campaña del Ministerio de Salud que usa datos de 2004 (la encuesta ESTUDIES, 2004 de la DGPNSD). Se explica que las borracheras y el “binge drinking” (beber mucho y seguido con el objetivo de emborracharse rápido) han aumentado en España entre los jóvenes. "Casi 2 de cada 5 adolescentes declara haberse emborrachado alguna vez en los últimos 30 días, destacando que las prevalencias de borracheras son ligeramente mayores en chicas que en chicos. Cuatro de cada seis estudiantes de 1418 años reconoce haber consumido cinco o más consumiciones en un intervalo aproximado de 2 horas (binge drinking) en los últimos 30 días, siendo esta situación más frecuente entre chicos que entre chicas".
¿Cuál de estas frases refleja mejor sus sentimientos sobre creer o no en Dios? (en porcentajes)
De 18 a 24 años
No creo en Dios 16,9
No sé si Dios existe y no creo que haya forma de saberlo 21,4
No creo en un Dios personal, pero sí en un poder superior de algún tipo 17,8
Me encuentro a mí mismo/a creyendo en Dios algunas veces, pero otras no 8,2
Aunque tenga dudas, siento que creo en Dios 13,9
Sé que Dios existe verdaderamente, sin duda 20,8
De 25 a 34 años
No creo en Dios 15,2
No sé si Dios existe y no creo que haya forma de saberlo 12,1
No creo en un Dios personal, pero sí en un poder superior de algún tipo 10,8
Me encuentro a mí mismo/a creyendo en Dios algunas veces, pero otras no 11,2
Aunque tenga dudas, siento que creo en Dios 23,2
Sé que Dios existe verdaderamente, sin duda 26,2