Un artículo publicado recientemente en la revista «Archaeometry» por investigadores franceses e italianos sugiere que las pruebas que se realizaron en 1988 a la Sábana Santa de Turín que la dataron en la Edad Media fueron erróneas.

[Archaeometry es una revista de la Universidad de Oxford dedicada a la arqueometría, la disciplina que aplica ciencias físicas y biológicas a la arqueología, antropología e historia del arte: investiga métodos de datación, de conservación, reconstrucción de ambientes, modelos matemáticos, etc...]

El grupo vuelve a analizar los datos del polémico estudio anterior, que también se cuestionó en su día y no zanjó el debate sobre la autenticidad de la pieza.

La Sábana Santa de Turín es un trozo de tela de algo más de cuatro metros por uno que, en teoría, se colocó sobre el cuerpo de Jesucristo en el momento de su entierro tras la crucifixión.

La única vez que se le ha practicado la prueba del carbono-14 fue en 1988, año en el que el Vaticano permitió a tres organismos realizar las pruebas: a la Universidad de Arizona en los EE. UU., al Instituto Federal de Tecnología de Suiza y a la Universidad de Oxford en el Reino Unido.

Conclusiones de 1988

Después de realizar las pruebas pertinentes, los investigadores anunciaron sus conclusiones en la revista «Nature»: los tres análisis se encontraban en un arco entre 1260 y 1390, lo que evidenciaría que el sudario no era de la época de Cristo, sino de la Edad Media (ciertamente, muy cerca de los primeros registros escritos sobre la prenda y su primera exhibición, en 1357).

Aunque la polémica no acabó ahí. Para contrastar estas conclusiones con otros estudios, otros grupos intentaron tener acceso a la pieza. Sin embargo, el Vaticano, propietario del sudario, negó nuevas investigaciones. Además, los datos obtenidos fueron guardados por el British Museum que los custodió de forma privada hasta que una demanda le obligó a hacerlos públicos.

La nueva revisión

Ahora, el nuevo estudio liderado por el historiador católico Tristan Casabianca, afirma que los resultados a los que llegaron las tres primeras entidades tenía fallos, ya que no estudiaron toda la tela, sino solo una pequeña porción de los bordes.

Casabianca se apoya además en el argumento de que, probablemente, las monjas de la Edad Media remendaron el paño tras el paso del tiempo, lo que comprometería las conclusiones anteriores.

El Papa Francisco ante la Sábana Santa de Turín; se necesitaría realizar otra prueba de Carbono-14 tomando muestras de otros puntos de la tela

En una entrevista reciente en L'Homme Nouveau, Tristan Casabianca, investigador francés, de la universidad de Aix-Marsella y líder del equipo en el nuevo estudio, afirmó que los datos sin procesar de las pruebas de 1988 mostraban que las muestras de prueba eran heterogéneas, lo que invalidaba los resultados.

Casabianca es católico converso: se bautizó en 2016. Tiene títulos académicos en Historia Moderna, Derecho Público y análisis de Derecho Económico. En 2017 organizó su equipo sobre la Sábana Santa de Turín con tres italianos: Emanuela Marinelli, autora de libros sobre el tema traducidos a muchos idiomas, y dos estadísticos de la Universidad de Catania: Giuseppe Pernagallo y el profesor Benedetto Torrisi.

"En 1989, los resultados de la datación del sudario se publicaron en la prestigiosa revista Nature: entre 1260 y 1390 con un 95% de certeza", resumía Casabianca en L'Homme Nouveau. "Durante treinta años, los investigadores han pedido a los laboratorios los datos sin procesar. Estos siempre se han negado a proporcionarlos. En 2017, presenté una solicitud legal al Museo Británico, que supervisó a los laboratorios. Por lo tanto, tuve acceso a cientos de páginas no publicadas, que incluyen estos datos en bruto. Con mi equipo, realizamos su análisis. Nuestro análisis estadístico muestra que la datación por carbono 14 de 1988 no era fiable: las muestras analizadas son obviamente heterogéneas, y no hay garantía de que todas estas muestras, tomadas de un extremo de la hoja, sean representativas de la toda la tela Por lo tanto, es imposible concluir que el sudario de Turín data de la Edad Media". 

Tristan Casabianca es quien usó recursos legales para conseguir los documentos completos de 1988 en el British Museum, que es lo que ahora se ha podido repasar críticamente por primera vez con los datos en bruto

El estudio también reclama nuevas investigaciones sobre la cubierta si se quiere determinar su fecha real. Para que eso suceda, el Vaticano tendría que proporcionar nuevamente acceso al sudario, a lo que el Vaticano parece reacio.

El que pide nuevas pruebas es el mismo Casabianca. "Los cristianos no deben temerle a la ciencia. Debemos buscar la verdad, sea lo que sea. El estudio del sudario de Turín puede ser parte de un movimiento apologético que ha cambiado profundamente tantas vidas, y mi vida. Este descubrimiento nos ofrece un ejemplo concreto a favor de una apologética renovada y sin inhibiciones. ¿Por qué tendríamos miedo de descubrir la verdad y decírsela al mundo?", plantea L'Homme Nouveau.