Este investigador que trabaja para una empresa multinacional en el campo de la nanotecnologÃa es autor de numerosas publicaciones en revistas del rubro e inventor o co-inventor de patentes internacionales relacionadas con su especialidad.
Pero también este cientÃfico ha estudiado la SÃndone resguardada en TurÃn y el año 2010 publicó la obra: Sacra Sindone. Un mistero tra scienza e fede.
En entrevista para el diario La Croce de Italia, argumenta sobre la afirmación que Portaluz destaca en el titular: "El hombre de la Sábana Santa es Jesús de Nazaret".
-El milagro es una excepción a las leyes de la naturaleza; y ya que todo el mundo material debe seguir las leyes naturales sin la posibilidad de suspenderlas o modificarlas, el milagro supone una intervención superior, o sea directamente del autor de las mismas leyes naturales.
»La ciencia es como un explorador, libre para moverse en un paÃs – el de las leyes naturales – que es grande, pero no infinito, pues está rodeado por un muro que por sà sola no puede superar. Pero si el explorador a causa de esta incapacidad, afirmase que no hay nada más allá del muro, evidenciarÃa un comportamiento irracional y, en definitiva, un poco ridÃculo.
»Consideremos ahora la Sábana Santa. Es un objeto material y, como tal, sin duda obedece a leyes naturales… incluyendo las de envejecimiento y sensibilidad al calor por ejemplo, como por desgracia constatamos del lino color amarillento y las quemaduras que los incendios a los que estuvo expuesta han socavado a lo largo de los siglos.
»Sin embargo, también lleva el signo de la intervención exterior; algo que no viene de la materia, incluso allà donde lo material en sà ha dejado una profunda huella. Esta doble imagen sangrienta es inexplicable a la luz de cualquier fenómeno fÃsico conocido.
»Un cuerpo sin vida aparece como "fotografiado" sobre la Sábana Santa y lo es sin duda, ya que muestra los signos de rigor mortis, excluyendo asà que sea un caso de coma o muerte aparente; pero un cuerpo sin vida no puede dejar huellas ni siquiera vagamente similares a eso.
»Y, en general en la naturaleza no hay nada comparable. Por esta razón, muchos cientÃficos admiten honestamente lo inexplicable de la Sábana Santa.
»Y si hasta ahora todos los intentos de imitación de la Sábana Santa demostraron ser un fiasco, incluso en un análisis superficial, es muy interesante observar la obstinación de los escépticos.
»¡Se burlan de la credulidad de quienes creen que la Sábana Santa es auténtica, pero luego pierden tanto tiempo y recursos en tratar de fabricar una igual, sólo para demostrar que es falsa! Se dirÃa que en el fondo les carcome la duda.
-Comencemos de una simple consideración. Si la SÃndone no es auténtica debe obviamente haber sido producida por un falsificador experto deseoso de enriquecerse con el comercio de reliquias falsas.
»Y esta es, por supuesto, la teorÃa de quienes niegan la autenticidad de la Sábana Santa: un fabricante imaginario de reliquias, mantenido en el anonimato por razones obvias, que ha forjado el objeto en su taller para venderlo luego, tal vez junto con muchos otros, en una especie de mercado negro de lo sagrado, haciéndola pasar como genuina. Dicho personaje, probablemente consideraba la SÃndone su obra maestra, ¡la culminación de su carrera como bromista sacrÃlego!
»Ahora, el ingeniero que es una especie de inventor especializado: su actitud es la de alguien que diseña y construye explotando las leyes naturales para su beneficio... Ante la Sábana Santa, entonces, tratando de empatizar con el falsificador, imagina cuál fue el ingenioso método de fabricación mediante el cual logró imprimir sobre el lino la imagen de un Crucificado.
»Y en particular el ingeniero doctorado en fÃsica , que se vincula con el mundo de lo microscópico y nanoscópico, está particularmente motivado por la curiosidad… ¿Cómo es que la imagen de la Sábana fue causada por un cambio en la estructura final de las fibras textiles? ¿Con qué instrumentos se pregunta el ingeniero, y mediante qué fenómeno fÃsico, se puede dar una modificación similar?
»En el último siglo transcurrido, abundantes estudios cientÃficos de la Sábana Santa han planteado muchas hipótesis teóricas y realizado experimentos para explicar la falsedad intentando reproducir la SÃndone, pero nadie ha tenido resultados satisfactorios... La ciencia se da por vencida… Pero permanece una pregunta. Si con el conocimiento de hoy fabricar un objeto tan refinado parece inconcebible, ¿qué posibilidad puede haber tenido un presunto falsificador?
-SÃ, pero hay una diferencia profunda. De esas obras de arte conocemos bien la naturaleza fÃsica: son "simplemente" capas de sustancias coloreadas depositadas sobre lienzo, o "simplemente" bloques de piedra rota, tallada, forjada. La singularidad de estas obras es de orden artÃstico, no cientÃfico. De la Sábana Santa sin embargo, no sabemos cuál es su naturaleza fÃsica.
-El fÃsico considera una teorÃa cientÃfica que sea capaz de explicar todos los datos. Pero en este caso, como ya se dijo, la ciencia se encuentra a tientas, en la oscuridad. En este punto, hay dos actitudes posibles.
»La primera. El fÃsico que adopta la objeción clásica y ahora trillada de los escépticos: tal vez en el futuro vamos a explicar la existencia de la Sábana Santa de una manera cientÃfica. Y veremos que tal vez provenÃa de una combinación muy poco probable -de ahà la singularidad- pero del todo natural, de diversos elementos fÃsicos. Puede ser. Este "puede ser" en la mente de muchos escépticos se convierte incluso en un cómodo "sin duda", con el que se aferran a la ilusión de haber liquidado el problema.
»La segunda actitud. El fÃsico que considera los datos como un todo. Y te das cuenta de que la SÃndone se ha estudiado más que cualquier otro objeto en el mundo, por un impresionante número de expertos en diferentes disciplinas. Y que todos los datos convergen para decir que estás ante la auténtica Sábana que envolvió a Cristo...
»En este punto, si la mente del fÃsico no es suficiente, debe hacerse cargo la mente del hombre, cuya capacidad supera con creces la mera ciencia. Y usted tiene que considerar realmente todos los datos en juego. El hombre de la Sábana Santa es Jesús de Nazaret.
»Ese hombre es el único de quien por dos mil años y hasta hoy se ha anunciado que resucitó. Y su resurrección, que conste, no fue discutida sólo después de su muerte. El anuncio se habÃa dado antes. Tanto es asà que esa noche, en la tumba, montaban guardia para evitar un simulacro de resurrección.
»La Sábana Santa de TurÃn lleva la impronta de ese hombre, una marca que habla no sólo de su muerte, sino también de una misteriosa sustracción a la muerte. Es la imagen de un cadáver que antes de corromperse desapareció, dejando una marca indeleble.
»Es una imagen fÃsica única, tan única como el hombre mismo. Pero si incluso ante las pruebas la mente rechazara a priori la posibilidad de que la Sábana Santa es un mudo Testigo de la Resurrección, lo hace debido a una elección deliberada que no tiene nada que ver con la ciencia.
Para saber más sobre la Sábana Santa lea 5 aspectos de la Sábana Santa que aún desafÃan a la ciencia del s.XXI , a partir del libro de MarÃa Teresa Rute ¿El rostro de Cristo? Mentiras y una verdad sobre la Sábana Santa.