Cuando empresas sin ética (por ejemplo, las patronales internacionales del vientre de alquiler) intentan promover su negocio, lo primero que desaparece es el rostro de las víctimas. Por contrato, se las invisibiliza.
¿Dónde está la mujer que gestó a los dos pares de gemelos que adquirió el cantante gay Miguel Bosé? ¿Y la que gestó a los niños que adquirió el riquísimo Ricky Martin? ¿Y la madre biológica de los niños adquiridos por Elton John? ¿Qué sienten ella sobre sus hijos? ¿Podría volver a verlos? ¿Y qué sienten los niños, qué saben de su madre? ¿Y de sus abuelos? Rasgos de su personalidad, o de su salud, ¿vienen de la mujer que los gestó y que quizá incluso ofreció sus óvulos?
Ricky Martin, su pareja y los niños que "adquirieron"; ¿a quién, por cuánto, dónde está la mujer que los gestó, qué siente cuando los ve en la TV, sabe ella algo de sus hijos? ¿Qué piensan ellos de que se les haya privado de tener madre, incluso a su madre? ¿Tienen más hermanos repartidos por el mundo?
La propaganda oculta estas historias y estas preguntas con fotos de ricos felices con niños. Y eso no se contrarresta con fríos discursos sobre un concepto abstracto como "la dignidad" sino mostrando los rostros de las víctimas de la ciencia sin ética, la ciencia que daña a los débiles.
Esa fue una de las ideas claves que expuso Melissa Moschella, profesora de filosofía en la Universidad Católica de América, en un encuentro de expertas en bioética en la Heritage Foundation en EEUU la semana pasada.
"Es útil poner un rostro humano a estas cosas. Puede parecer muy abstracto decir, 'oh, ya sabes, la dignidad de la persona', pero cuando enfrentas a alguien que fue explotado por este proceso, o un joven de 20 años que fue concebido con el esperma de un donante anónimo y que se siente realmente confundido acerca de su identidad, despojado de la mitad de su patrimonio biológico, despojado de información médica importante sobre la que deberían poder saber ellos mismos ... cuando le pones rostro a estas personas, entiendes que hay daños humanos reales y costos humanos", insistió.
La acompañaban expertas en bioética y medicina, que repasaron algunas prácticas dañinas que ciertas empresas quieren implantar, como:
- los embriones de tres padres,
- el vientre de alquiler,
- numerosas tecnologías reproductivas no éticas,
- la edición de genes (manipulación genética de humanos)
- y la investigación con células madre embrionarias (que implican destruir seres humanos en su edad embrionaria)
Tara Sander Lee, investigadora principal y directora de Ciencias de la Vida en el Instituto Charlotte Lozier, respondió a una pregunta del The Christian Post que falta mucha transparencia en la sociedad -e incluso entre los científicos- sobre lo que están haciendo algunas empresas biotecnológicas.
"Muchas veces las personas ven lo genial que es la ciencia, pero no se logra educar al público y explicar qué se hizo realmente en el proceso para llegar a ese [descubrimiento científico], qué materiales se usaron en ese proceso. Falta información clave, no solo para el público sino también para los propios científicos", denunció.
Muchos casos que se anuncian de niños que nacen sin tal o cual enfermedad congénita ocultan que, básicamente, los médicos fueron abortando o matando a sus hermanos enfermos en distintas fases de su vida prenatal.
Falta de transparencia en muchos casos
Tara Sander Lee habló del primer híbrido humano-mono, que se cultivó en un laboratorio en China. También habló de la tecnología de edición de genes CRISPR y la investigación realizada en "ratones humanizados", que utiliza tejido obtenido de fetos humanos abortados.
"Hay muchos científicos que a menudo son presionados para usar materiales [que no querrían usar por ser contrarios a la ética] o hay una falta de transparencia y ni siquiera saben lo que están usando", denunció Lee.
La gran prensa oculta los testimonios de las víctimas
Jennifer Lahl explicó que la prensa suele ocultar el impacto dañino de estas prácticas en las personas reales. Ella es una veterana activista contra la industria del vientre de alquiler y la cosecha de óvulos, y en sus documentales recoge testimonios de mujeres dañadas por las poderosas empresas de fertilidad. "No conseguimos que los medios, especialmente los principales medios de comunicación, presenten lo negativo de esta industria", lamentó.
Los documentales de Jennifer Lahl son eficaces porque ponen rostro a las víctimas
"Ves a Kim Kardashian en la portada de la revista People porque acaban de tener su próximo bebé a través de la subrogación comercial. Nunca ves una foto de la madre sustituta ni escuchas cómo fue tratada. La mayoría de estas madres sustitutas que sirven para estos las parejas ricas y de alto perfil ni siquiera saben para quién están gestando un bebé. Están obligados al anonimato", añadió.
"La mayoría de las personas, sean de izquierdas o de derechas, religiosas o no religiosas, simplemente se piensan que todo esto es genial, que es progreso, es avance científico, que se está ayudando a alguien... porque eso es lo que escuchan", denunció Jennifer Lahl.
Informar con más precisión: la técnica y su ética
Melissa Moschella, la profesora de filosofía en la Universidad Católica de América, pidió informar mejor y con más precisión y claridad. Un gran ejemplo, que ya cumple muchos años, es la investigación con células madre: muchas veces la prensa no distingue entre la investigación ética (con células madre adultas) y la investigación inmoral, la que destruye seres humanos en su fase embrionaria para obtener células madre embrionarias.
"La información precisa y los informes precisos son extremadamente útiles", insistió. Criticó, por ejemplo, las expectativas infladas sobre las células embrionarias, que presentaba a los defensores del ser humano embrionario como si fueran enemigos de la medicina. "Hubo todo este bombo sobre todas las enfermedades que iban a curarse como resultado de ello. Y lo que se ha descubierto es que, en general, en los ensayos clínicos reales, los avances médicos reales no provienen de células madre embrionarias sino de células madre adultas o de células madre pluripotentes inducidas", explicó Moschella.
Agregó que muchos científicos sin ética se suben al bombo publicitario para obtener fondos. El caso de las células madre mostró que "la buena ciencia y el progreso en la ciencia, incluso en términos de las consecuencias en los resultados, coincidieron con la ciencia ética". Por el contrario, quedaron al descubierto las promesas exageradas de los defensores de la destrucción de embriones.
En ReL buscamos defender la ciencia con ética y denunciar las técnicas que dañan a los seres humanos, a través de nuestras secciones Bioética, Familia y Vida y Ciencia y Fe.