Los manuscritos fueron encontrados en las cuevas del Qumrán al noreste del Mar Muerto, y según parece, allí están desde poco antes de la destrucción de Jerusalén por los romanos en el año 70.
Los pergaminos están desde 1966 en el Museo de Israel, pero no pueden verse en público porque son delicados como la peladura de cebolla.
Los primeros siete manuscritos ya están en línea. Entre ellos, el Libro de Isaías, que es el manuscrito bíblico más grande y antiguo que existe.
La página principal del museo ofrece ahora un link a Google donde los visitantes pueden disfrutar de una lectura de los manuscritos en alta definición.