La teoría de Charles Darwin de la evolución gradual no es compatible con la historia geológica, tal y como concluye el geólogo de la Universidad de Nueva York Michael Rampino en un ensayo publicado en la revista Historical Biology.
De hecho, Rampino respalda una teoría más precisa de la evolución gradual, que postula que los largos periodos de estabilidad evolutiva se ven afectados por las extinciones en masa de la vida, y que fue propuesta por el escocés Patrick Matthew antes de que Darwin publicase su obra sobre el tema.
"Matthew descubrió y claramente enunció la idea de selección natural, aplicándola al origen de las especies, y la puso en el contexto de un registro geológico marcado por extinciones en masa catastróficas seguidas de adaptaciones relativamente rápidas", dice Rampino, cuya investigación sobre los eventos catastróficos incluye estudios sobre las erupciones volcánicas y los impactos de asteroides.
"A la luz de la reciente aceptación de la importancia de las extinciones en masa catastróficas en la historia de la vida, tal vez sea hora de reconsiderar el punto de vista evolutivo de Patrick Matthew, mucho más en consonancia con las ideas actuales sobre la evolución biológica que la visión de Darwin".
Matthew (17901874) publicó una declaración sobre la ley de la selección natural en el apéndice a su libro de 1831 ´Madera Naval y Arboricultura´. A pesar de que tanto Darwin y su colega Alfred Russel Wallace reconocieron que Matthew fue el primero en establecer la teoría de la selección natural, los historiadores han atribuido su génesis a Darwin y Wallace. Los cuadernos de Darwin muestran que llegó a esta idea en 1838, y compuso un ensayo sobre la selección natural ya en 1842, años después de que el trabajo de Matthew apareciera. La teoría de Darwin y de Wallace fue presentada oficialmente en 1858 en una reunión de la sociedad científica en Londres. ´El Origen de las Especies´ de Darwin apareció un año después.
En el apéndice de ´Madera Naval y Arboricultura´, Matthew describió la teoría de la selección natural en una forma de la que más tarde se hizo eco de Darwin: "Hay una ley natural universal en la naturaleza, que tiende a hacer que de todos los seres reproducidos sobreviva el mejor adecuado a su condición ... A medida que el ámbito de la existencia es limitado, son sólo los más resistentes, más robustos, y mejor adaptados a las circunstancias particulares, los que son capaces de luchar para alcanzar la madurez...".
Sin embargo, en la explicación de las fuerzas que intervinieron en este proceso, Matthew vio los eventos catastróficos como un factor primordial por el cual las extinciones masivas fueron cruciales para el proceso de la evolución. Cuando Darwin publicó su ´Origen de las Especies´ casi tres décadas más tarde, rechazó explícitamente el papel del cambio catastrófico en la selección natural: "La vieja idea de que todos los habitantes de la Tierra fueron barridos por catástrofes en períodos sucesivos es muy general, y se ha dado por vencida" escribió.
En cambio, Darwin esbozó una teoría de la evolución basada en la continua lucha por la supervivencia entre los individuos dentro de las poblaciones de especies existentes. Este proceso de selección natural, según él, debería dar lugar a cambios graduales en las características de organismos supervivientes.
Sin embargo, como señala Rampino, ahora se entiende comúmmente que la historia geológica está marcada por largos períodos de estabilidad con cambios ecológicos que ocurren en forma episódica y rápidamente, poniendo en duda la teoría de Darwin de que "la mayoría de los cambios evolutivos se llevó a cabo muy poco a poco por la competencia entre los organismos cada vez mejor adaptados a un ambiente relativamente estable".
"La contribución de Matthew fue ignorada en gran medida en su momento y, con pocas excepciones, en general, sólo merece una nota al pie en los desarrollos modernos del descubrimiento de la selección natural", concluye Rampino. Otros han dicho que la tesis de Matthew fue publicada en un lugar demasiado oscuro para ser vista por la comunidad científica, o que la idea estaba tan adelantada a su tiempo que no se podía conectar con los conocimientos generalmente aceptados, informa la Universidad de Nueva York.