El sexo de una persona no se limita a categorías de hombre y mujer. Esta afirmación, para la mayoría de expertos nada científica y bastante ideológica, es la que pretende introducir la Organización Mundial de la Salud en su "Manual de Incorporación de la Perspectiva de Género para Administradores de la Salud".
El documento, elaborado en 2011, abordaba, hasta ahora, el "cómo las normas, roles y relaciones de género afectan a los comportamientos y resultados relacionados con la salud, así como a las respuestas del sector de la salud". El manual reconocía que "la desigualdad de género es un determinante transversal de la salud", pero no iba más allá.
Sin embargo, ahora la OMS ha decidido actualizar el manual para superar "los enfoques binarios de género", y defender "que la identidad de género existe en un continuo, y que el sexo no se limita a hombres o mujeres".
Para la organización, ahora el sexo de una persona no obedece a la biología sino que se debe presentar en un supuesto espectro de "continuidad" en el que cualquier opción es posible.
Sin base científica
Aunque esta afirmación apenas tiene apoyos entre la comunidad científica, muchos gobiernos aprovechan la oportunidad para implementar políticas públicas que favorezcan la transición de sexo, sobre todo en menores de edad.
Varios expertos internacionales aseguran que la modificación del manual de la OMS carece de base científica, es ideológica y puede perjudicar a los mismos a los que dice proteger.
Uno de los científicos que ha denunciado estos cambios es la profesora Jenny Gamble, especialista en obstetricia de la Universidad de Coventry (Reino Unido).
Gamble escribió recientemente, junto a otros expertos, un artículo sobre la importancia del lenguaje sexuado, en respuesta a otro trabajo de la revista The Lancet, en el que el término "mujer" era reemplazado por "cuerpos con vaginas".
En un artículo recogido por NC Register, Gamble señala que las declaraciones de la organización de salud de la ONU son "muy preocupantes", ya que "el sexo es un concepto biológico establecido, binario e inmutable". También advirtió de que puede haber personas con disforia de género, pero el sexo no se vería afectado.
Para la experta, además, una comprensión clara del sexo como estado biológico es crucial para el cuidado de la salud, y para comprender mejor lo que experimentan las mujeres. "Si esta nueva definición se aplica a la maternidad, ¿quién aboga por la necesidad del bebé de tener una madre?", se pregunta.
Otro peligro de este cambio de lenguaje es el clima de enfrentamiento que se produce en la sociedad. "Creo que estamos enfrentando a las personas, en lugar de ayudarlas a vincularse y crear una comunidad", comenta.
Biología vs Sociología
Otro de los científicos que cuestiona la actualización del manual de la OMS es René Ecochard, médico y profesor del Departamento de Bioestadística, de la Universidad Claude Bernard (Lyon, Francia). Para el docente estos cambios muestran una confusión entre la biología y la sociología, porque la biología dice quién es el ser humano, mientras que la sociología solo dice cómo se comporta.
Para Ecochard, que el sexo no defina al individuo es algo alarmante. "Este cambio es un verdadero motivo de preocupación, la OMS es una referencia en el campo de la salud, y mucha gente se dejará engañar y difundirá nociones erróneas sobre el sexo", comenta el profesor.
El experto advierte de que con estas modificaciones "los jóvenes serán más propensos a ser encaminados hacia un cambio de sexo", y "los padres y maestros pueden mirar de manera inadecuada a un joven que está luchando por encontrar su lugar como hombre o mujer".
El profesor cree que la actualización del manual de la OMS representa una oportunidad perdida para promover una ecología humana basada en "la complementariedad y la solidaridad entre hombres y mujeres, y entre generaciones. Promover estas reglas sería, por parte de la OMS, cumplir con una de sus misiones esenciales, que implica cuidar a las personas en su totalidad", dijo.