- Eric-Emmanuel Schmitt dice que escribió la adaptación de CARTAS A DIOS para ti. ¿Sabía usted eso?
- Sí. Eric-Emmanuel me sugirió que interpretara el personaje, incluso antes de que escribiera la adaptación. Dijo que yo era la opción más obvia, así que tuve una fe ciega en él. Desde que leí el libro, acepté sin saber exactamente lo que el personaje iba a ser, aparte del hecho de que Eric-Emmanuel quería hacer que el personaje pareciera más joven. La oportunidad de actuar con un papel como este es uno de los mejores regalos que te pueden hacer como actor.
- ¿Tuvo alguna duda cuando comenzó a leer el guión?
- No, yo no tenía ninguna duda. Hay tantas cosas mágicas que han sucedido desde el comienzo del rodaje de esta película. Es más, tuve esa impresión desde el primer momento. Oscar es sublime, como algo fuera de este mundo.
- ¿Cómo abordó el personaje de “la dama de rosa”? - Igual que un niño curioso frente a otro niño. La primera vez que mi personaje conoce a Oscar, le cuenta que ha pasado la mañana metido en un armario y mi personaje le pregunta "¿Y fue agradable?". Ningún adulto reaccionaría así. Es muy importante mantener la parte de la infancia que está dentro de nosotros - que pone las cosas en perspectiva y nos permite ir por la vida de una manera más alegre y feliz.
- Cuando tiene que interpretar a un personaje que se enfrenta a situaciones difíciles, ¿es fácil hacerlo bien y no ir demasiado lejos? - Mientras que sientas emociones reales, y que estas sean sinceras, nada puede salir mal. Esto es un hecho con cualquier tipo de emoción, ya sea la risa o el llanto. Yo soy una actriz de comedia y muchos actores a veces tienen problemas para no ir demasiado lejos con las emociones o revolcarse en ellas. Es más, Eric-Emmanuel tiene una manera de enfrentarse a este tema muy dulce e iluminadora.
- ¿Cómo se desarrollo el rodaje? - No me sentía como si tuviera mucho que ver. Todo estaba bastante claro. En general, cuando tienes un personaje el cual debe sentir emociones fuertes, tienes que trabajar duro para encontrarlas. Pasé mi tiempo tratando de controlarlas.
- Está comenzando a interpretar roles de personajes que están más abiertos emocionalmente, como la dama rosa.
- Es verdad. Y por cierto, tengo menos miedo y en estos días he aprendido a enfrentarme a mi hipersensibilidad y a gestionar mejor mis problemas. No hubiera podido hacer este papel a los veinte o a los treinta. Afortunadamente, es ahora cuando me están ofreciendo estos papeles que me permiten expresar ese lado. Es, sin duda, algo que emana de mí.
- Ya actuó con un niño en la película de Alain Berliner LA VIDA EN ROSA, ¿eso le ayudo?
- Sí, y también que confiaba mucho en Eric-Emmanuel. Sabía que iba a elegir a un niño extraordinario, fuera de lo común. ¡El pequeño Amir es tan inteligente!
- ¿Cuál fue su primer encuentro con Amir? - Hicimos una pequeña prueba. La escena del coro en la que me presenta a los demás niños, y ahí ya estaba perfecta. Cuando se le pidió que hiciera algo diferente, lo hizo de inmediato. Lo entendió todo. Yo sólo tenía que responder, reaccionar, y dimos en el clavo. Es muy fácil trabajar con a él: ¡no actúa, es el personaje! Tengo una historia de amor real con Amir. Hay algo muy fuerte entre nosotros, aunque no nos veamos mucho ahora. Esta película fue una experiencia muy intensa para mí, no sólo como actriz. Es la aventura humana que compartimos, que permanece conmigo cuando veo CARTAS A DIOS.
- ¿Qué clase de director es Eric-Emmanuel Schmitt? - Es muy seguro, muy tranquilo y muy dulce. También es muy preciso: sabe exactamente lo que quiere, pero al mismo tiempo sabe escuchar y tomar nota del resto de ideas. Hablé de esto con el escenógrafo, Jean-Jacques Gernolle, quién me dijo: "Es increíble la cantidad de espacio que nos dio después de todo" es su historia, la conoce por dentro, él escribió este libro, soñaba con rodarla y, sin embargo no tenía miedo, no nos transmitió ningún tipo de estrés, no había tensión. Cuando en ocasiones, el diálogo no funcionaba, Eric-Emmanuel nos explicaba admirando nuestro trabajo cómo podíamos hacerlo para que sonara mejor, de una manera que pocos directores son capaces de hacer.
- Cuéntenos cómo es trabajar con Max Von Sydow.
- Fue un encuentro fantástico, y un gran honor trabajar con él. Su relación con los demás es realmente excepcional y generosa. Y además nos lo hemos pasado muy bien. Cuando estábamos filmando, Max me decía: "Es fabuloso, Michèle, saber que estamos haciendo una película extraordinaria. Y siempre debemos recordar esto, porque es muy raro. “Cuando Max Von Sydow te dice esto, con la carrera estelar que ha tenido, ¡te crecer las alas! Nunca me dijo directamente lo que pensaba de mi personaje o de las escenas que rodamos juntos, pero le dijo a Eric-Emmanuel, que estaba muy contento, y eso me animó muchísimo. Incluso aunque no tenga dudas a cerca de lo bien o lo mal que lo he hecho, me siento llena de humildad hacia mi trabajo. En el plató, lo doy todo, pero a veces sé que me equivoco en ciertas cosas y no siempre estoy feliz con mi trabajo. Cuando me animan, obviamente, me hace sentir bien, y más aún cuando se trata de Max Von Sydow.
- ¿Cómo vuelves a poner los pies en la tierra después de actuar con un niño moribundo?
- No lo haces. Los diálogos son extremadamente tiernos, lo iluminan todo incluido cualquier temor que puedas tener. Lo que Rose le dice a ese niño es también una manera de tranquilizarse a sí misma. Esa es la sabiduría de no caer en lo patético, en la idea que se tiene de la muerte y la enfermedad. Es una película muy tranquilizadora.
- ¿Qué hay de Mylène Demongeot? ¿Es una madre tranquilizadora? - ¡Mylène es magnífica! Ha sido un placer verla en el set. Al verla actuar a su personaje, entiendes por qué la vida es complicada para la dama de rosa. Y al mismo tiempo, hizo que su personaje fuera divertido, como un niño. Es la más infantil de todos nosotros.
- ¿Se divirtió actuando como un luchador? ¡Sí, por supuesto! Era como una tira cómica. El ex-director del Circo del Sol ha trabajado en las escenas con maravillosos resultados.
- Pero ¿no era, después de todo, la parte más difícil debido a las limitaciones técnicas? - Eso es cierto. Estábamos encerrados dentro de un estudio en Canadá, pasamos mucho tiempo, ¡fuera del estudio se alcanzaban los -30 ° C! Pero por otro lado, fue muy divertido llevar los trajes, y trabajar con esos extraordinarios acróbatas. Me he encontrado muy a gusto.
- ¿Cuál fue su reacción al ver la película?
- Encontrarte con un personaje como este es algo único en la vida de un actor. CARTAS A DIOS es una película que lleva un mensaje tranquilizador, alegre, que te quita los miedos y te deja ser feliz. Y si hay una cosa que me hace feliz en la vida es la difusión de un mensaje así.