Hoy, Viernes Santo en el Año del Señor 2023, recordamos, con oración y cierta convulsión emocional, la muerte y crucifixión de Jesús en el Gólgota. Un proceso en el que se resistió todo el sufrimiento que conllevaban las perforaciones metálicas articulares sin ninguna queja, sufriendo por nosotros, por todos aquellos a los que se nos ama ad infinitum.
Por ello mismo, quizá sea apropiado (esto no es sinónimo de "única ocasión conveniente y recomendable", con lo cual, se ruega prevenir malas interpretaciones cualesquiera) dedicar a estas horas una entrada a un tema que lamentablemente está siendo pasado por alto, activa o pasivamente, y no solo por quienes incurren en el Mal conscientemente.
Hablamos sobre la difícil situación que sufren nuestros hermanos hispanos de Nicaragua a la hora de profesar su fe católica. La convulsión es tal que la correspondiente expresión pública puede ser tan peligrosa como en la Rusia de Putin o la China ante la que tanto babean ciertas élites políticas.
Todo se debe, al margen de posteriores concreciones políticas y sociales, a la existencia de un régimen comunista criminal más, dentro del llamado socialismo del siglo XXI, cuyo líder es el sandinista Daniel Ortega. Este individuo está perpetuado en el poder desde el año 2007.
Presos políticos de conciencia
Más de 1300 personas están registradas en la categoría de "presos políticos" (desde el año 2018) en este país centroamericano. No pocos arrestos tienen relación con temas políticos o religiosos. Luego, es habitual que se sufran malos tratos en prisión o que se acabe siendo objeto de despiadadas falsificaciones de pruebas.
Todos los casos son importantes, por cuanto y en tanto, nadie merece ser víctima de mal alguno. Empero, eso no quita que haya algunos casos que deban de resaltarse más. Hablemos de la prohibición de las actividades de culto religioso (por ejemplo, las transmisiones de la Palabra de Dios en plano eucarístico).
El arresto de Mons. Rolando Álvarez
Uno de los casos a los que queremos referirnos es el arresto de Monseñor Rolando Álvarez, obispo en Matagalpa. Este señor tuvo el honor de oponerse pública, física y activamente a las labores de la "policía política sandinista" contrarias a la libertad de culto y de reunión.
El régimen perseguidor le acusa de "traición a la patria" y le considera como conspiranoico, por tan solo dar más importancia al honor y la conciencia, amparados por la Lex Dei, la cual ha de prevalecer sobre cualquier ley terrena, artificial y positivista (recordemos que no todo lo que es ilegal es ilegítimo o inmoral).
Todo esto podría recordarnos a la persecución y asesinato, en el siglo XX, de los clérigos polacos Jerzy Popieluszko y San Maximiliano Kolbe, a manos de dos caras de la misma moneda socialista, pagana, inhumana y revolucionaria (el comunismo soviético y el nazismo teutón).
Eso sí, lo peor es que hay bastantes, de los que se supone que están en el lado del Bien, a mi modo de ver, que no están prestando a esta horrenda situación la atención que es merecida. Algunos se distraen con cuestiones más mundanas. Pero por suerte, siempre hay individuos y grupos que pasan del qué dirán...
De hecho, el único país hispano donde ha habido importantes movilizaciones ante esta situación es Colombia, otro país que puede acabar en la misma situación debido al narcocomunismo amparado por las agendas globalistas deicidas, colectivistas y contrarias a la sociedad orgánica.
El pasado 25 de marzo, festividad de la anunciación del arcángel Gabriel a la Virgen María, el Centro Cultural CRUZADA organizó una concentración pacífica frente a la embajada de Nicaragua, la cual está situada en Bogotá. En la misma se rezó un rosario público ante una imagen de Nuestra Señora de Fátima.
De acuerdo, conviene resaltar estas declaraciones de Luis Fernando Escobar, director de CRUZADA, la entidad convocante:
CRUZADA se complace por haber destacado al mundo la figura del heroico obispo como un gran símbolo de resistencia moral.
Su egregia figura recuerda al Cardenal Mindszenty, recordado con inmensa gratitud por toda Hungría. desde su prisión triunfó sobre la opresión soviética, que terminó por derrumbarse, permitiendo a esa gran nación recuperar su libertad y mantener la Fe católica por encima de los años de persecución.
Nicaragua sufre hoy un doloroso momento de represión, víctima de un gobierno de facto que lo encadena impidiendo sus derechos, especialmente los de libre ejercicio de religión y por ende de mordaza de las consciencias.
El riesgo de conmemorar la Pasión de Cristo
Como buen país de herencia hispana, es habitual que los nicaragüenses tengan cierto interés y hábito de celebrar procesiones en Semana Santa (como podríamos ver en muchos municipios de la España peninsular, dentro de una inmensa y asombrosa heterogeneidad de formas).
Ahora bien, este año, estas acciones públicas de conmemoración y recuerdo de la pasión de Cristo pueden suponer un altísimo riesgo para su libertad y su integridad física, llegando a unos extremos escalofriantes de censura. A continuación haremos unas pequeñas puntualizaciones.
Más de cinco millares de procesiones han sido restringidas. De hecho, hace unos días, con cierta virulencia, se hostigó a unos jóvenes que, vestidos de cirineos, desarrollaban un viacrucis en Nindirí, una pequeña localidad que está a 25 kilómetros de Managua. De hecho, sus cruces de madera quedaron tiradas, sin cuidado alguno, en las calles en cuestión.
Un nuevo sacerdote ha sido víctima de cierta despiadada virulencia. Eso sí, en este caso, no se ha saldado el asunto con el arresto penitenciario, sino con el destierro del país (con dirección hacia la frontera hondureña). La persona fue el Padre Donaciano Alarcón, de la orden claretiana y procedente de Panamá.
Eso sí, la mera cobertura informativa también está en peligro. El director de la página en Facebook La Portada, el periodista Víctor Ticay, ha sido arrestado (no se sabe mucho sobre él, dada la opacidad propia de la inseguridad jurídica), por tan solo desarrollar su labor informativa dando cobertura periodística a una procesión.
Orar y actuar, de nosotros depende
Ante esta situación, hemos de orar, por amor y compasión ante estos hijos de Dios y hermanos muertos que no dejan de ser víctimas de agentes terrenales del plan de Satán. Pero siempre hay que ir más allá de estas cuestiones, lo cual no es cuestión de "politiqueo innecesario".
Como comprometidos que estamos con el Bien, hemos de sacudir conciencias tanto como sea necesario. Esto implica acabar entendiendo que ante el Mal y el pecado no se puede transigir (otra cosa es tener compasión por esos sujetos cuya conciencia ha sido contaminada).
El sacrificio martirial es eminentemente honorable e importante. Así pues, más razones hay para que se tome conciencia y se combata un problema de décadas en Hispanoamérica, que es la Teología de la Liberación (junto con sus derivados), que es una estrategia socialista y revolucionaria para corromper a la Santa Madre Iglesia.
No se puede negar que ciertas formaciones social-comunistas tienen más fuerza en países católicos hispanos que en países ateos como Estonia o la República Checa. De hecho, igual es una señal de alarma que muchos hispanoamericanos que no quieren renunciar a su fe cristiana estén abrazando las desviaciones protestantes evangélicas.
En cualquier caso, no olvidemos que este Terror Rojo puede asemejarse perfectamente al de la España de 1936 (quemas de conventos, masacres como la de Paracuellos, asesinatos de religiosos...), cuando se quería imponer una república subordinada a un entramado comunista situado en Moscú.