Leí en el diario ABC del domingo un reportaje de Rafael M. Mañueco, en el que nos describe la situación religiosa en Rusia. Es sorprendente que en una nación, donde durante tantos años el ateismo ha sido la doctrina oficial, hasta el punto de hacer desaparecer la palabra Dios del diccionario, hoy Vladmir Putin, actual primer ministro, esté fomentando una estrecha relación con la Iglesia ortodoxa rusa, ya iniciada por sus dos antecesores.