En Argentina acaba de aprobarse el matrimonio entre homosexuales. En España ya hace tiempo que se aprobó, con el regocijo de muchos. El gobierno cántabro de Revilla llega a enseñar que la familia “tradicional” genera violencia y es antidemocrática, como se recoge en una noticis de Religión en Libertad. Más barbaridades no sé si se pueden decir. Viene bien citar unas palabras sobre el matrimonio que Mons. Carmelo Glaquinta, obispo emérito de Resistencia en Argentina, pronunciaba en una Homilía el domingo pasado, y que hoy publica la agencia AICA de Buenos Aires. |
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Buenos Aires, 15 Jul. 10 (AICA) |
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“La verdadera religión no se resuelve en teorías, por ortodoxas que sean, sino en comportamientos de vida nueva”, dijo monseñor Carmelo Giaquinta, arzobispo emérito de Resistencia, en su homilía del domingo en la que se refirió a la parábola del Buen Samaritano, cuya aplicación “puede ser múltiple” debido a las tantas “situaciones de maltrato que el hombre sufre”.
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Fuente: http://www.aica.org/index.php?module=displaystory&story_id=22495&format=html
Estas reflexiones vienen bien para todo el mundo, católicos y no católicos, porque son verdades universales, de derecho natural. Es verdad, como afirma, que el matrimonio ha caído en manos de unos asaltantes que pretenden imponer un nuevo orden mundial, recreando una normas totalmente al margen de una visión humanista de la sociedad, y no digamos nada de una concepción cristiana de la vida. Como buenos samaritanos debemos acercarnos al matrimonio “caído” en el camino para intentar salvarlo de los atentados recibidos. Tarea dura, pero necesaria.
Juan García Inza