Hoy celebramos la festividad de los difuntos, es un día de pedir por el alma de los fallecidos para que alcancen la gloria y estén con Nuestro Señor. En algunos sectores cristianos ven la práctica de orar por los difuntos como algo totalmente ajeno a las Escrituras, vamos a probar que esto no es así.

La  base TEOLOGICA  de la fiesta es la doctrina de que las almas que, al apartarse del cuerpo, no son perfectamente limpias de veniales pecados , están privados de la visión beatífica ,  y irán al purgatorio donde purificarán sus pecados quedando limpias para entrar al cielo, el fiel en la tierra puede ayudar a ellos con oraciones , limosnas y sobre todo por el sacrificio de la Misa.

En los primeros días del cristianismo se introdujeron los nombres de los hermanos difuntos en los dípticos . Más tarde, en el siglo VI, era costumbre en monasterios benedictinos celebrar una conmemoración de los miembros difuntos en Pentecostés . En España hubo un día como el sábado antes de la Sexagésima o antes de Pentecostés , en el momento de St. Isidoro (m. 636).  San Odilo de Cluny (m. 1048) ordenó a la conmemoración de todos los fieles partió a celebrarse anualmente en los monasterios de su congregación . Desde allí se extendió entre las otras congregaciones de la benedictinos y entre los cartujos .

La Iglesia desde los primeros siglos ha tenido la costumbre de orar por los difuntos (Cuenta San Agustín que su madre Santa Mónica lo único que les pidió al morir fue esto: "No se olviden de ofrecer oraciones por mi alma").

San Gregorio Magno afirma: "Si Jesucristo dijo que hay faltas que no serán perdonadas ni en este mundo ni en el otro, es señal de que hay faltas que sí son perdonadas en el otro mundo. Para que Dios perdone a los difuntos las faltas veniales que tenían sin perdonar en el momento de su muerte, para eso ofrecemos misas, oraciones y limosnas por su eterno descanso".

De San Gregorio se narran dos hechos interesantes. El primero, que él ofreció 30 misas por el alma de un difunto, y después el muerto se le apareció en sueños a darle las gracias porque por esas misas había logrado salir del purgatorio. Y el segundo, que un día estando celebrando la Misa, elevó San Gregorio la Santa Hostia y se quedó con ella en lo alto por mucho tiempo. Sus ayudantes le preguntaron después por qué se había quedado tanto tiempo con la hostia elevada en sus manos, y les respondió: "Es que vi que mientras ofrecía la Santa Hostia a Dios, descansaban las benditas almas del purgatorio". Desde tiempos de San Gregorio (año 600) se ha popularizado mucho en la Iglesia Católica la costumbre de ofrecer misas por el descanso de las benditas almas.

La respuesta de San Agustín: a este gran Santo le preguntó uno: "¿Cuánto rezarán por mí cuando yo me haya muerto?", y él le respondió: "Eso depende de cuánto rezas tú por los difuntos. Porque el evangelio dice que la medida que cada uno emplea para dar a los demás, esa medida se empleará para darle a él".

 ¿Dónde enseña la Biblia a rezar por los fieles difuntos?

Había entonces en Jope una discípula llamada Tabita, que traducido quiere decir, Dorcas. Esta abundaba en buenas obras y en limosnas que hacía.37 Y aconteció que en aquellos días enfermó y murió. Después de lavada, la pusieron en una sala. Hechos 9:36-37

Tabita estaba enferma y murió. ¿Qué sucedió después de esto? El libro de los Hechos nos lo sigue contando:

 Entonces, sacando a todos, Pedro se puso de rodillas y oró; y volviéndose al cuerpo, dijo: Tabita, levántate. Y ella abrió los ojos, y al ver a Pedro, se incorporó.41 Y él, dándole la mano, la levantó; entonces, llamando a los santos y a las viudas, la presentó viva. Hechos 9:40-41

Pedro orá por Tabita, y luego la manda levantarse y milagrosamente se levanta. Es cierto se produce un milagro, pero también es cierto existe una oración por un fallecido, por Tabita. Así que parece indiscutible que San Pedro literalmente oró por una persona muerta. No solamente Pedro ora por un fallecido, el mismo Cristo lo hizo:

 Entonces quitaron la piedra de donde había sido puesto el muerto. Y Jesús, alzando los ojos a lo alto, dijo: Padre, gracias te doy por haberme oído.42 Yo sabía que siempre me oyes; pero lo dije por causa de la multitud que está alrededor, para que crean que tú me has enviado.43 Y habiendo dicho esto, clamó a gran voz: !!Lázaro, ven fuera!44 Y el que había muerto salió, atadas las manos y los pies con vendas, y el rostro envuelto en un sudario. Jesús les dijo: Desatadle, y dejadle ir. Juan 11:41-44

Entonces vemos aca como Cristo ora al Padre, y después de orar Lázaro resucita. Tenemos la misma situación que con Tabita, el milagro es acompañado por una oración previa por ese ser querido que ha fallecido. La Biblia nos dice que los discípulos levantaron a los muertos (Mt 11: 5, Lc 07:22) y que Jesús les dijo que iban a ser capaces de hacerlo (Mt 10, 8). Entonces ellos salieron y lo hicieron. Es natural suponer que la oración sería acompañada de estos milagros extraordinarios . El profeta Elías hizo lo mismo en el Antiguo Testamento: 

 Y se tendió sobre el niño tres veces, y clamó a Yavhe y dijo: Yavhe Dios mío, te ruego que hagas volver el alma de este niño a él. 22 Y Yavhe oyó la voz de Elías, y el alma del niño volvió a él, y revivió.  1Reyes 17:21-22

Finalmente tenemos también el caso de Pablo que ora por Onesiforo:

Tenga el Señor misericordia de la casa de Onesíforo, porque muchas veces me confortó, y no se avergonzó de mis cadenas,17 sino que cuando estuvo en Roma, me buscó solícitamente y me halló.18 Concédale el Señor que halle misericordia cerca del Señor en aquel día. Y cuánto nos ayudó en Efeso, tú lo sabes mejor. 2Tim 1:16-18

En estos versículos Pablo esta pidiendo que Onesiforo halle misericordia cerca de Dios. La expresión "en aquel dia" es usada por San Pablo en otros pasajes como referencia a la muerte y al juicio (1Tes 5,4;2Tes 1,10,2Tim 1,12, 2Tim 4,8).

Es evidente que la expresión "en aquel dia" esta referida al dia del juicio, tras haber muerto. Por tanto si aplicamos esto a 2Tim 1:16-18 no queda lugar a dudas de que Pablo pide misericordia a Dios por el alma de Onesiforo, luego tenemos aqui otro caso más de oración por un fallecido. Este pasaje puede citarse como evidencia razonable de que la muerte de una persona no extingue nuestro derecho ni nuestro deber de orar por ella.

Estas prácticas de piedad por los difuntos ya eran conocidas en el AT: Tras la muerte de Saul ayunaron los de Jabes Galaad siete dias, otro tanto hicieron David y los suyos tras la muerte del mismo Saul, Jonatan y los cortesanos(1Sam 31,13, 2Sam 1,12). ¿Para que otra cosa sino para socorrer el alma de los difuntos serviría el ayuno de 7 días? De esta costumbre también nos habla san Pablo en 1Cor 15,29 : De no ser asi, ¿a que viene bautizarse por los muertos?. En la Escritura el ser bautizado se toma en sentido de penitencia y aflicción algunas veces (Luc 12,50; Mc 10,38). Por ello lo que San Pablo intenta enseñarnos es que si los muertos no resucitan es vano rezar por ellos, pero como creemos en su resurrección las oraciones son necesarias.

Esta práctica de piedad por el alma de los difuntos, basada en las Escrituras pasará luego a formar parte del depósito de nuestra fe. El II concilio universal de Lyón (1274) y el concilio de Florencia (Decretum pro Graecis 1439) definieron, con las mismas palabras: «Para mitigar semejantes penas, les son de provecho [a las almas del purgatorio] los sufragios de los fieles vivos, a saber : las misas, las oraciones y limosnas y otras obras de piedad que suelen hacer los fieles en favor de otros fieles según las disposiciones de la Iglesia» ; Dz 464, 693.

Jesus Urones-Evangelizador Católico.