He estado oyendo la introducción a un programa de un podcast que sigo (El día de autos-Las múltiples vidas de Muki – Antonio José Fernández Cruz Sequeda) verdaderamente demoledora, porque es un retrato de nuestra sociedad actual sin Dios absolutamente cierta y terrorífica. El programa se dedica a una asesina que va cambiando de novio y de ciudad mintiendo a todos, inventándose múltiples vidas y personalidades y que acaba matando a su hijo porque no entraba en sus planes (una vez nacido se entiende, porque si lo llega a hacer antes sería su “derecho”). Les resumo algunos fragmentos:

“Un profundo desasosiego recorre nuestras vidas. Parece que nada es suficiente y cuando a priori nos parece suficiente, no nos lo parece mucho tiempo. Hay una profunda búsqueda del cambio permanente, buscamos algo que no sabemos exactamente que es. Se suceden los empleos, se suceden las amistades, relativas y discutibles, se suceden las parejas... Nada te llena. Las redes sociales se han convertido en lugar donde exhibir unas vidas de plástico, falsas… Todo es mentira, nada dura, nada permanece. Y cuando queremos darnos cuenta, la vida ha pasado, y estamos cansados, sobados, manidos…”

Es una constatación de como es el corazón humano, nada le termina de satisfacer, ya nos decía San Agustín: Señor nos has hecho para ti y nuestro corazón esta inquieto hasta que no descanse en ti”

Nos sentimos inquietos porque estamos vacíos, vacíos y sin rumbo, y buscamos emociones, novedades, como yonkis de experiencias nuevas que nos hagan estar narcotizados. Una nueva relación sentimental siempre es un gran chute, mariposas en el estomago, la emoción  del descubrimiento mutuo, del primer roce de la piel… pero claro esto acaba pronto y entonces “ mi pareja no me llena” “ tengo derecho a ser feliz” “ se nos rompió el amor de tanto usarlo“(esta frase de Rocío Jurado, que tenia unas canciones sobre esto, con letras para hacer una tesis doctoral sobre el tema). En definitiva, “ya no te quiero” y vamos a por otra.

Y cuando ya no satisface ni siquiera este chute de la nueva relación, como el drogadicto que cada vez necesita más dosis para sentir lo mismo ,pues probamos con otro tipo de relación más moderna como el “poliamor”

Y la mentira, todo es mentira, que gran verdad paradójicamente. Lo peor de ser profundamente infelices es que en las redes sociales la gente hace cosas maravillosas, estupendas y están superguapisimas, o eso nos parece, así que tenemos que inventarnos una vida que no tenemos, y sigue la insatisfacción y la búsqueda de algo que no sabemos que es.

“Nada se corresponde con su naturaleza, se imponen como premisas falsedades manifiestas y la ingenuidad, la inocencia es siempre quien paga los platos rotos de todo esto”

“Nada se corresponde con su naturaleza”. Estamos violentando hasta límites insospechados la naturaleza humana, ponemos en duda hasta al sexo al cual pertenecemos y esto nos lleva a la destrucción. Dice el famoso adiestrador de perros Cesar que no hay mayor maltrato animal que tratar a un perro como a una persona, porque no es su naturaleza. ¿No será acaso el mayor maltrato a ser humano hacerle vivir de manera opuesta a su naturaleza y dignidad?

“Se imponen como premisas falsedades manifiestas” Ciertamente estamos en una etapa profundamente dogmática, se definen los dogmas laicos y cualquiera que disienta de ellos es inmediatamente ejecutado civilmente.

“…la inocencia es siempre quien paga los platos rotos de todo esto”. Esto siempre se cumple. La premisa de que tengo derecho a decidir cuando quiero ser madre la pagan primeramente los niños abortados por no llegar en el momento adecuado o estar enfermos o discapacitados y también los embriones desechados de la fiv o los niños de los vientres de alquiler.

¿Y porque este articulo tan triste en Pascua? Pues por eso, porque es Pascua y porque la alegría rebosante de la Resurrección quizá no lo seria tanto si no hubiera antes un Viernes Santo, “Feliz culpa que mereció tal Redentor”.

Los católicos de siempre a veces no somos plenamente conscientes de que nos ha salvado el Señor, de que con su Redención ha cambiado nuestra vida y nuestra historia como individuos y como humanidad. A menudo son los conversos que han vivido y sufrido lo que es la vida sin Dios los que nos abren los ojos y nos damos cuenta de cuanto tenemos que agradecerle.

Dios nos ha mostrado el camino, no estamos perdidos, sabemos de donde venimos y a donde vamos y nuestra vida tienen un sentido y un por qué, sabemos quien es el único que puede llenar esa inmensa soledad y vacío interior. Dios nos ha dado la Verdad, es la Verdad, no importa cuantas mentiras puedan decirnos. Dios nos ha dado la Vida, la natural y la eterna y vaya vida, una vida en el seno de la Trinidad. Quizá solo partiendo del abismo y de la miseria se ve más clara la Luz de la Resurrección.