Jeffrey Crowly, Director de la Oficina Nacional para políticas del SIDA ha presentado la Estrategia nacional contra el SIDA en los Estados Unidos, el plan con el que el Presidente Obama pretende combatir la expansión en el país de la terrible enfermedad que afecta a más de un millón de norteamericanos. Un plan que se ha marcado el ambicioso objetivo de reducir el número de afectados en un 25% y que no es sino el reflejo a nivel nacional del que en 2003 fuera presentado por el entonces presidente Bush, conocido como PEPFAR (President’s Emergency Plan for AIDS relief, Plan presidencial de emergencia de ayuda contra el SIDA), para la lucha contra el SIDA en todo el mundo.
Cuando el PEPFAR fue presentado, uno de sus elementos más criticados fue la utilización que se hacía de la abstinencia sexual como uno de los puntales del plan para combatir la enfermedad. Según la organización internacional contra el SIDA Avert “la Ley de 2008 afirma que en países con epidemias generalizadas de SIDA, por lo menos la mitad de los fondos dirigidos hacia la prevención sexual de la transmisión debe dirigirse a promover la abstinencia, la monogamia y la reducción de parejas”
Son muchos los que creían que con la llegada de Obama al poder, el instrumento de la abstinencia como método para combatir la enfermedad tenía sus días contados. La sorpresa se ha producido cuando en la presentación que se ha hecho del nuevo plan nacional de lucha contra el SIDA, tan controvertido instrumento se mantiene como uno de los medios para combatirla:
“Los siguientes son instrumentos biomédicos y conductuales científicamente probados que reducen la probabilidad de transmisión del SIDA:
Abstinencia de sexo y de drogas: Abstenerse de actividad sexual y uso de sustancias reduce el riesgo de infección por SIDA. En casos en que esto no sea posible, limitar el número de parejas y tomar otras medidas puede reducir el riesgo de adquirir el SIDA [...]”
Ya no se trata del filofascista, militarista e "ingenuo" -¿se han fijado vds. que para la progresía europea, los norteamericanos que no son progres son siempre ingenuos?- Bush. Tampoco de la rancia, carca y casposa Iglesia Católica y Romana con sus soluciones obsoletas y trasnochadas. Es ni más ni menos que el hiperprogresista y modernísimo Presidente Obama, paradigma y espejo de cuantos aspiran a ser alguien en el progresismo mundial -con algún significado admirador en España-, el que reincide en la fórmula como uno de los instrumentos infalibles para conseguir los resultados apetecidos. Por cierto, una fórmula que es la que, ahora sí abanderada por la Iglesia Católica, y más concretamente por una monja llamada Miriam Duggan y su programa Educación para la vida, ha convertido a Uganda en el país africano en el que con mayor eficacia combate la maligna enfermedad que desde que en 1981 hiciera su aparición, tantos millones de vidas se ha cobrado ya en el mundo entero.
Cuantas veces lo obvio es lo más difícil de explicar. La resistencia que halla la promoción de la abstinencia como método para limitar la expansión del SIDA equivaldría a la que hubiera podido oponerse a reducir la velocidad a la que se puede conducir como medio para reducir los accidentes de tráfico, algo que a nadie o a muy pocos –que en todo caso han tenido que callar ante los resultados obtenidos- se les ha ocurrido hacer. Pero la progresía es la progresía... ¿qué le vamos a hacer?