Escribía Plutarco una obra llamada “Vidas paralelas” cuyo eje era precisamente la comparación de dos biografías que compartían muchos puntos en común. La verdad es que pocas en la historia comparten tanto como comparten los dos personajes que les traigo a continuación: Cristóbal Colón y Fernando Magallanes.
Para empezar, ninguno de los dos era español, lo que por increíble que parezca, en una época como la que vivieron en la que para ser alguien había que ser español, era mucho compartir. Es más, puede que los dos fueran portugueses: Magallanes con toda seguridad, Colón, con bastante probabilidad en mi opinión, aunque la historiografía actual le atribuya una "genovesidad" más que cuestionable.
En segundo lugar, los dos presentan su proyecto y se dirigen en primer lugar al rey de Portugal, y los dos reciben de éste idéntica desatención.
En tercer lugar, los dos se dirigen a continuación al rey de España, y a los dos atiende éste con prontitud y eficacia.
En cuarto lugar, aunque les separaran casi treinta años al de uno y al de otro, los dos tenían el mismo proyecto, sí, exactamente el mismo proyecto: llegar a la tierra de las especies navegando hacia occidente y enriquecerse con ellas.
En quinto lugar, lo que es el proyecto como tal, ninguno de ellos lo consiguió, por tropezarse el primero con América, el segundo con las Filipinas.
En sexto lugar, los dos tenían información geográfica y geodésica que ellos daban por acertada y que con toda probabilidad no lo era
En séptimo lugar, a pesar de su falsedad o de su no excesiva exactitud, los dos creyeron en ella a pies juntillas.
En octavo lugar, a los dos sirvió esa información errónea que ellos daban por buena para alcanzar el éxito y la gloria histórica.
En noveno lugar, ninguno de los dos descubre ningún océano, el Atlántico era conocido de antaño, y el Pacífico lo había descubierto Núñez de Balboa, pero los dos lo atraviesan por primera vez por rutas completamente ignotas nunca antes realizadas.
Los dos tienen, en décimo lugar, cuarenta años cuando acometen el proyecto de su vida que les introduce de lleno en la historia, lo que por otro lado, convierte a los dos en personas ajadas para los cánones de la época, obligadas a bregar y gobernar sobre personas mucho más jóvenes.
Y por último, hasta su carácter era parecido, y los dos eran ariscos, antipáticos y reservados, así como ambiciosos con un toque de avaricia, quizás más evidente en Cristóbal que en Fernando.
Diferencias también hubo alguna digna de reseñar, y así, mientras Cristóbal sí salió vivo de su proyecto, Fernando no lo consiguió, dejándose la vida en él.
Mientras Cristóbal en su navegación del Atlántico descubrirá tanto la ruta de ida (de este a oeste) como la de vuelta (de oeste a este), Fernando sólo podrá hacer la de ida, no sólo por perder la vida, sino porque el tornaviaje del Pacífico (de oeste a este) será un trabajo laborioso que llevará mucho tiempo consumar (¡tanto como cuarenta y cuatro años!).
Consecuentemente, a Cristóbal sí le dio tiempo a degustar el éxito y la fama (aunque probablemente no tanto el alcance de su descubrimiento, bastante mayor de lo que él mismo sospechó), en tanto que a Fernando no.
Hace sólo quince días hemos celebrado el V Centenario de la muerte de Fernando Magallanes en la isla de Mactán, en Filipinas, a manos de los indios de la tribu del cacique Lapu Lapu. Ha pasado sin pena ni gloria, como pasan siempre los aniversarios de las gestas españolas... ¡Qué se le va a hacer! No seríamos españoles si nos acordáramos de las grandes gestas acometidas por nuestros compatriotas.
Pero yo, que en esto no debo de ser muy buen español, sí quiero rendir mi pequeño homenaje a ese portugués españolizado que fue Don Fernando. Si quiera para recordar que el pasado 27 de abril se cumplieron los quinientos años de su muerte en una lejana isla filipina contribuyendo a la gloria de España y al progreso de todos los seres humanos, merced a esa gesta de la primera circunnavegación al globo en la que tanto participó y que durante tanto tiempo gobernó. Una gesta que me atrevo a calificar como la gran gesta de la Humanidad, superior a cualquier otra.
Que hagan Vds. mucho bien y que no reciban menos.
©L.A.
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