Artículo publicado hoy en el Diario Ideal, edición de Jaén, página 27
Se extingue el verano lentamente, entra el nuevo curso en escena, en el campo eclesial esperamos conocer cuanto antes a los culpables del incendio de Onda Jaén, medio de propiedad municipal destruido echando al paro a casi cincuenta personas. La inacción del consistorio nos deja un tufillo a humo requemado.
Es un caso más del vapeo, nuevo palabro que entra en los medios de comunicación con motivo del fumeteo de los cigarrillos electrónicos, que tan de moda estuvieron por aquí, pero que el caso de gentes jóvenes infectadas de enfermedades respiratorias residentes en Estados Unidos, han sido quienes han elevado la potencia del gerundio vapeando, del verbo vapear o chupar de ese artilugio inventado por el demonio amigo de tabaco a toda costa.
Otros humos respiran por la diócesis de Huesca, donde el obispo local ha prohibido los obituarios laudatorios nacidos al calor de entierros y funerales. El género literario de la semblanza pasará de ser usado en la liturgia oficial de la pastoral eclesial diocesana. Tiene razón el obispo oscense, porque una cosa es ser escueto y breve, y otra muy diferente, es pasarse el reloj al trastero del olvido, cuando la única pieza oratoria válida en unas exequias siempre ha sido la homilía del sacerdote celebrante, y nunca la perorata llorosa y lastimera de un plumífero nacido al azar y dentro del sentimentalismo del despido de un ser querido.
Mientras, otros, unos pocos, están vapeando la pipa de un gobierno futuro para evitar que España camine directa a meterse en las urnas electorales. Pero viendo que esa acción de vapear tiene un prólogo tan disfrazado de mentiras, el español de a pie sospecha que todo es tan frágil como el humo aspirado y soltado por la boca y la nariz, y por lo tanto, tendremos que votar de nuevo manteniendo esta inestabilidad institucional que dura cinco años.
Otros muchos miramos los índices arrojados por la economía europea y española, y encontramos a bastantes vapeando o inhalando un fuerte olor a crisis económica en el inmediato futuro. Los gestores en funciones del asunto económico nos aseguran que es imposible, ya que España está en la liga de campeones de las naciones más seguras desde el punto de vista de la economía. Es lo mismo que decían hace diez años, negando la realidad a la gente, para caer en la peor crisis económica que se recuerda, tal como tuvieron que reconocer una mañana de mayo del año 2010, tomando medidas correctoras y decretando recortes a toda persona y estructura social.
Embebidos en el humo pavoroso del cigarrillo electrónico, unos se marchan a ayudar a un país caribeño, desde el punto de vista filantrópico, cuando por Jaén faltan servicios esenciales a la comunidad, como es el trabajo diario. Siempre es mejor ser filántropo fuera de las fronteras que hacerlo con los cercanos.
Seguramente la moda de seguir vapeando acabe pronto, pero mientras haya descarriados mentales que compren este aparatito y lo carguen con tabaco, hasta de sabor dulce, parece que la epidemia seguirá matando a las personas comenzando por los más jóvenes. Una pena.
Tomás de la Torre Lendínez