Año del Señor 2022
9 de noviembre
Hola, buenos días, hoy Sión nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
TÉCNICA NIVEL PROFESIONAL
El día de los Fieles Difuntos, sobre las túnicas blancas, nos ponemos las capas negras, que nos acompañarán hasta la noche de Pascua.
Estos últimos días, sor Amada y yo nos hemos encargado de plancharlas. Parece bastante sencillo, ¡pero las capas son enormes! Y pesan de lo lindo, así que hay que trabajar en equipo: una va moviendo y sosteniendo la capa mientras la otra se encarga de darle duro a la plancha. Y de esta última tarea me encargaba yo.
Viendo el aire que que llevaba con el aparato, sor Amada comentó:
-En vez de pasar muchas veces deprisa, es mejor ir despacito, dejando que el calor penetre bien en la tela, ¡ya verás cómo se quitan más rápido las arrugas!
Nada como hacer caso a la voz de la experiencia. Efectivamente, el resultado era mejor, y, según señaló la veterana del equipo, mis movimientos empezaban a ser más “profesionales”. Hombre, tela para practicar, tenía de sobra…
De pronto caí en la cuenta de que… ¡así es como actúa el Señor con nosotros! A todos nos gustaría que fuese más rápido, sentir su paso con más fuerza… pero es que el Señor busca borrar las arrugas del corazón. Y esas, como las de las capas, necesitan calor y, también, tiempo.
¡¡Para cuántas cosas importantes necesitamos “pasar la plancha despacio”!! Es realmente impresionante cuando estás delante de alguien que, por mucho que tenga entre manos, es capaz de cerrar su agenda, dejar a un lado el móvil y preguntarte: “¿Cómo estás?”.
Me resulta impactante descubrir la delicadeza de Jesús. Cuando se le acerca un enfermo, le escuchamos preguntar: “¿Qué quieres que haga por ti?”. ¿Acaso no es evidente? Pero Jesús ve a la persona, le da espacio para que pueda expresarse, mostrar su corazón… ¡porque es el corazón lo que Él quiere sanar y abrazar, hasta que Su calor lo deje sin arrugas!
Ese “pasar despacito” es el que borra todas las arrugas, el que hace que el corazón del otro descanse de verdad, ¡que se sienta acogido!
Hoy el reto del amor es disfrutar de planchar despacio, no la ropa, sino el corazón. Para ello, te invito a que busques una iglesia y pases unos minutos con el Señor: ¡¡Él está ahí para ti, para atenderte sin prisas ni tiempo!! Deja que Su calor te llene y hoy, cuando tengas que atender a esa persona querida, mírala a los ojos, deja el móvil y regálale ese tiempo para que pueda hablarte: ¡¡que el calor que el Señor te ha regalado planche también las arrugas de su corazón!! ¡Feliz día!
VIVE DE CRISTO
¡Feliz día!
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