Año del Señor 2024
16 de diciembre
Hola, buenos días, hoy Israel nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
HOY TE ESPERA UNA GRACIA NUEVA
Desde hace unos años, decidimos poner en el claustro luces que, al detectar movimiento, se encienden solas y después se vuelven a apagar. Era una muy buena solución para evitar que se quedasen encendidas.
Cada noche, cuando preparo el pan para cocerlo al día siguiente, caigo en la misma “trampa”. Atravieso el claustro y, claro, las luces se encienden. Después doblo la esquina para acceder a la sala de los congeladores, pero nunca enciendo la luz porque me alumbra más que de sobra la del claustro. Y, claro, cuando voy a salir, el claustro ya se ha apagado, y me quedo completamente a oscuras.
Así es la Gracia que el Señor nos da: es como la luz, que está presente en cada estancia, porque no me sirve la que dejo en el pasillo afuera. Pues la Gracia del Señor es para “el hoy” que estoy viviendo. Él me auxilia con la Gracia oportuna. No puedo vivir solo de la que me regaló ayer, ni tampoco puedo mirar al futuro con la Gracia de hoy, porque en este momento no tengo la que necesitaré mañana.
En la Palabra de Dios esto se ve muy bien reflejado en el maná. Su pueblo, que había sido liberado de la esclavitud del faraón, caminaba por el desierto. Y fue precisamente ahí, donde no se puede esperar nada, donde el Señor les regalaba cada día el alimento necesario. Cada mañana salían a recoger su porción, pero no podían guardarla para el día siguiente porque se ponía mala. ¡Cada día era nuevo!
Y es que la gracia es correlativa a la confianza, al saber que, igual que hoy me ha regalado la Gracia y la Vida que necesito, mañana, por su infinito Amor, nos dará la Gracia oportuna para vivir todo lo que tenga que venir.
Hoy el reto del amor es acoger la Gracia de hoy. Aquello que recibiste del Señor en un momento dado fue un don enorme, pero… ¡descubre hoy una Gracia nueva con la que volverá a sorprenderte, siempre que quieras acogerla!
VIVE DE CRISTO
¡Feliz día!
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