Es curioso como las noticias verdaderamente trascendentes pasan tantas veces desapercibidas en la prensa diaria, interesada en aquello que tiene consecuencias a pocos días más allá del de hoy, y ocupan las portadas y los grandes titulares otras que no tienen ninguna importancia al lado de las primeras.
 
            Estimo que tal es lo que ha ocurrido con el informe emitido por el Instituto Nacional de Estadística sobre la previsión de población de nuestro país a cuarenta años vista. El titular sería el siguiente:
 
            “La población española comenzará a descender en 2020”
 
            El propio Instituto Nacional de Estadística explica en qué ha consistido el trabajo que presenta ahora:
 
            “La Proyección de población de España a largo plazo elaborada por el INE constituye una simulación estadística del tamaño y estructura demográfica de la población que residiría en España en los próximos 40 años, en caso de mantenerse las tendencias y comportamientos demográficos actuales”
 
            Pues bien, a partir de esta premisa fundamental (y naturalmente alterable, gracias a Dios, cabe decir), las principales conclusiones del trabajo son las siguientes:
 
            - El crecimiento natural de la población española se haría negativo a partir del año 2020.
 
            - El número neto de inmigrantes que cabe estimar se hayan incorporado a la sociedad española podría ascender a 2,6 millones que añadir a los ya existentes.
 
            - La población mayor de 64 años se duplicaría en 40 años y pasaría a representar más del 30% de la población total, concretamente el 31,9%.
 
            - Por cada 10 personas en edad de trabajar, residirían en España 9 personas inactivas (menor de 16 años o mayor de 64). La tasa de dependencia, es decir, el índice que mide el número de personas dependientes sobre el número de personas activas, pasaría del 47,8% actual al 89,6%.
 
            Todo lo cual nos lleva a la conclusión de que la sociedad del año 2020 en adelante será bien diferente de la que conocemos ahora, con una componente de etnias extranjeras muy superior al actual, producto del elevado número de inmigrantes y también del mayor índice de reproducción de los mismos frente a los españoles, y una proporción de viejos insospechable, que si no directamente inviable, hará de la seguridad social un sistema ora impagable, ora de pésima calidad.
 
            Invito al lector a reflexionar bajo la perspectiva que nos ofrece el Instituto Nacional de Estadística, si las políticas que se implementan estos días al albur de la modernidad y el progresismo pesoíta son las acertadas o no. A bote pronto y sin entrar en otras consideraciones: ¿Forman parte las políticas de educación que promueven la promiscuidad juvenil y desincentivan la creación de una familia estable, la solución a la enfermedad? ¿Es una ley de aborto que produce más de 100.000 abortos al año la receta más apropiada a la patología?