La Cuaresma nos señala a Cristo como Camino y Vida. ¿Por qué Cristo es Camino? Pensemos que el Señor nos dijo: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame. Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por causa de mí, la hallará (Mt 16, 24-25). Cristo es el Camino que para salvar la vida. ¿De qué la salvamos? Del sin sentido de lo cotidiano. ¿Pero a qué sentido hacemos referencia? Nos referimos al sentido trascendente de nuestra existencia. Cada paso que damos debería ser para acercarnos un poquito más a Dios. Si perdemos el sentido de cada paso estamos perdidos. Es como si construyéramos sobre arena y olvidáramos que la Roca es Cristo.
Todo el que viene a mí y oye mis palabras y las pone en práctica, os mostraré a quién es semejante: es semejante a un hombre que al edificar una casa, cavó hondo y echó cimiento sobre la roca; y cuando vino una inundación, el torrente dio con fuerza contra aquella casa, pero no pudo moverla porque había sido bien construida. Pero el que ha oído y no ha hecho nada, es semejante a un hombre que edificó una casa sobre arena, sin echar cimiento; y el torrente dio con fuerza contra ella y al instante se desplomó, y fue grande la ruina de aquella casa. (Lc 6, 47-49)
La arena nunca es sólida y estable. Cambia según vientos, mareas y corrientes le indiquen. La arena es como la sociedad humana, voluble y cambiante. Es habitual que hoy en día nos digan que no nos preocupemos por lo que pasa; que dejemos fluir la vida. Es decir, carpe diem, vivir la vida sin pensar hacia dónde vamos con cada paso que damos. La modernidad líquida que nos muestra Zygmunt Bauman es cada día más y más real. La casa que soporta vientos, lluvia y temblores, es la que está cimentada sobre la Roca:
La piedra es Jesucristo. Ahonda en el cimiento el que por medio de los preceptos de la humildad arranca de los corazones de los fieles todo lo que es terrestre, para que no sirvan a Dios por interés temporal. (Beda el Venerable. Catena Aurea Lc 6, 46-49)
Cimentar sobre piedra quiere decir apoyarse en la fe de Jesucristo, para poder sostenerse firme en los días de la contrariedad, ya venga ésta del cielo, ya de la tierra. (San Basilio, in princ. Proverb)
Una casa construida sobre un torrente que cambia de sentido, nos termina por hacer chocar unos con otros. ¿No vivimos en una sociedad llena de enfrentamientos? También nos hace chocar contra los acantilados de la vida cotidiana. ¿Se han preguntado la razón por la que hoy en día tantas personas viven doloridas y desesperadas. ¿Cuál es la principal causa de mortalidad entre los jóvenes? El suicidio. A los medios de comunicación no les gusta que nos enteremos demasiado de esto. No es broma, es la realidad real en nuestra sociedad. Cuando la vida deja de tener sentido ¿Para qué vivir? Cuando todo es dolor y desorientación, no nos señalan a Cristo, sino a la eutanasia. Gracias a Dios, la mano del Señor no deja de estar tendida hacia nosotros. Espera que la agarremos y salgamos de la corriente de la postmodernidad y el individualismo.
¿Por dónde quieres ir? Yo soy el Camino. ¿A dónde quieres ir? Yo soy la Verdad. ¿En dónde quieres permanecer? Yo soy la Vida. Todo hombre comprende la Verdad y la Vida, pero no todos encuentran el Camino. Hasta los mismos filósofos del mundo vieron que Dios es la vida eterna, y que es la verdad digna de saberse. Mas el Verbo de Dios, que con el Padre es Verdad y Vida, se hizo el camino tomando la humanidad. Camina por esta humanidad para llegar a Dios, porque preferible es tropezar en este camino, a marchar fuera de la vía recta. (San Agustín De verb. Dom. serm., 54)
La Cuaresma es un tiempo providencial. Un tiempo en el que hemos sido llamados a reflexionar, a meditar, a revisar si nuestro camino es Cristo. A veces, las luces de la modernidad nos distraen y nos hacen seguir a segundos salvadores o dedicarnos a mirarnos el ombligo. Hoy en día sólo nos importa lo cotidiano, lo que nos distrae y entretiene. Estamos olvidando lo trascendente, lo sagrado, lo que da sentido a cada momento de nuestra vida. En lo que nos queda de Cuaresma y en Semana Santa, intentemos encontrar el sentido de lo que nos sucede en Cristo. Intentemos dar sentido sagrado a cada paso que demos hacia Cristo.