La Iglesia tiene la misión encomendada por el mismo Cristo de anunciar el Evangelio a todo el mundo. En un principio, y durante largos siglos, se ha valido de la predicación y de la escritura. Órdenes religiosas enteras se han consagrado a la transmisión de la Verdad revelada, como por ejemplo los Dominicos, también los Jesuitas, y los franciscanos. Se han publicado infinidad de libros, se crearon Universidades, Bibliotecas, Editoriales, etc. A raíz del Concilio de Trento la Iglesia encomienda de un modo especial la predicación a los Párrocos, y publica el célebre Catecismo para una buena formación doctrinal. En la época moderna, Marconi inventa la radio, y le regala a la Santa Sede la primera emisora, que por cierto fue muy utilizada para difundir el Magisterio de la Iglesia. Radio Vaticana llegaría pronto a todos los rincones del mundo en todos los idiomas. En las distintas diócesis empiezan a proliferar emisoras de ámbito local o regional. Recuerdo en España las emisoras parroquiales, muy elementales pero que cumplían un papel interesante para la época. Al mismo tiempo se publicaban multitud de hojas y pequeñas revistas populares que la gente leía con interés.
Cuando nacen las grandes cadenas de radio, la prensa de tirada nacional, y sobre todo la Televisión, el mundo de la información entra en una dinámica que irá a más cada día, y al mismo tiempo todo se profesionaliza y complica un poco económicamente. Con la aparición de Internet se descubre un nuevo mundo que todos conocemos.
¿Cuál es la situación de la Iglesia en España en este gran bosque de los medios de comunicación, altamente profesionalizados y económicamente muy comprometidos? En estos momentos lo veo todo un poco gris-oscuro. Y me explico: La COPE, buque insignia de la Conferencia Episcopal, parece que hace aguas en la mayoría de sus programas. Cuenta con excelentes profesionales, pero la competencia es muy agresiva. Los medios con que cuenta son limitados, y todo está condicionado por la naturaleza de la “empresa”, que no es cualquier cosa, es la Iglesia. Por lo que he leído para el próximo curso hay un gran baile de directores de programas. Todo ello supone empezar casi de nuevo, y que tengan éxito los que empiezan. Y como se depende de la publicidad, y la publicidad depende de la audiencia, pues ahí tenemos la pescadilla mordiéndose la cola.
¿Qué opino de la nueva Popular María+Visión? Parece que se había descubierto el “dorado” con el empresario Mejicano. No le falta a esta personas, que conocí en Medjugorje, una buenísima intención. Pero, ¿este modelo se que se ha adoptado es el idóneo para una televisión católica generalista? Creo que no. Ese tipo de programación religiosa, piadosa, va muy bien para una mentalidad hispanoamericana, incluso americana del norte. En Méjico tiene éxito, y la Madre Angélica en Estados Unidos también, pero para nuestro talante europeo, y más aún mediterráneo, no parece que sea lo más idóneo. El nuevo Presidente del Consejo de Administración decía que su proyecto estaba pensado para los no creyentes con la intención de que encontraran la fe en Dios. Pero los no creyentes se pasan a otro tipo de tele, y en la Popular María+Visión se quedan los creyentes de siempre y además piadosos. Creo que no puede competir con el resto de las televisiones, cosa que sí puede que consiga, por ejemplo, Intereconomía. Este grupo se considera católico sin hacer alardes de pietismo y confesionalidad.
Difícil lo tiene la Conferencia Episcopal, pero debe acertar lo antes posible. Le va en ello todo el montaje y, sobre todo, el poder cumplir su misión religiosa con mentalidad laical.
De Internet no hablamos porque es otro mundo, y ahí hay de todo y en muchos casos bastante bien, sobre todo las páginas que están en manos de católicos profesionales del periodismo, que se debaten de igual a igual en el duro campo de la información, la formación y el entretenimiento.
Juan García Inza