Artículo publicado hoy en el Diario Ideal, edición de Jaén, página 27
Ahora los planes vacacionales se hacen de modo familiar, democrático y digital. Los padres miran una pantalla, los hijos la suya, y con el consenso necesario se programa un viaje al extranjero, una estancia en una ignota casa rural, o irse a la segunda residencia situada en alguno de los numerosos puentes que tachonan el municipio de Jaén. Porque, desde hoy, Domingo de Ramos, para muchos vecinos es la semana de vacaciones primaverales, es la respiración de aires nuevos, es un regalo que este año llega en la segunda parte del mes abrileño. Pero bienvenidas seas estas fechas, piensa la mayoría.
Nuestro encuentro hoy sugiere un programa diverso para estos días santos en que toda la Iglesia celebra la Pasión, la Muerte y la Resurrección de Cristo. Existe en Jaén un recoleto templo situado en el casco viejo, se trata de la iglesia de San Andrés, donde reside la única cofradía que no saca a la calle ninguna imagen. Se trata de la noble corporación de la Inmaculada Concepción, situada en la Santa Capilla, que guarda con esmero la magistral reja del Maestro Bartolomé de Jaén. En el interior de este templo, desde el año 1515, se celebra la liturgia propia de la Semana Santa de modo sencillo, pero solemne y silencioso para entrar mejor en los mensajes que los actos de culto de estas fechas transmiten al pequeño grupo de cristianos asistentes. Los días claves: Domingo de Ramos, Jueves y Viernes Santos, Vigilia Pascual y Domingo de Resurrección son los momentos escogidos para participar en el Triduo Pascual de Cristo.
Tanto para los miembros de la Santa Capilla, como para otros vecinos de Jaén, que deseen completar sus aspiraciones culturales católicas, durante estos días está abierta, en los bajos de la catedral una exposición sobre la persecución de la Iglesia perseguida, que terminará el miércoles próximo, en la cual en quince paneles aparecen testimonios e información de cómo los cristianos actuales son zaheridos por seguir al Divino Maestro en varios lugares del mundo.
Otra cita cultural ha sido situada en los salones de la antigua escuela de magisterio, donde está la exposición titulada “Oro y plata”, organizada por la entidad universitaria jaenera, donde muestra tres piezas de gran categoría artística procedentes de Granada, Sevilla y Valladolid. Consisten en unas vinajeras, un copón, y el cetro del obispo fray Benito Marín, aquel que levantó una torre en el palacio episcopal con vistas a tres calles, salvada de milagro en la remodelación que sufrió el obispado durante la década de los ochenta del siglo pasado.
Las piezas citadas tienen en común a la misma escuela de platería existente en Jaén durante el siglo XVIII, la del maestro Guzmán, quien trabajó y enseñó a otros el labrado y cincelado de piezas para la liturgia eclesial de aquellas fechas. Con estas sugerencias espirituales y culturales, el alma de quien lo desee encontrará una vivencia de la Semana Santa, alejada del bullicio callejero, del consumo de la bebida en exceso, del gasto superfluo en otros asuntos, máxime en las jornadas que se avecinan embarradas de nuevo en una nueva crisis económica, que está anunciada a bombo y platillo antes de las urnas, aunque silenciada por orden de quienes desean repetir la historia de hace diez años: llevarnos a la ruina completa otra vez.
Tomás de la Torre Lendínez