Los españoles tendremos en breve una nueva ocasión de expresarnos por y con la vida, la que nos proporciona la nueva convocatoria de manifestación realizada para el próximo día 3 de julio, sábado, frente al Tribunal Constitucional, convocatoria que, como es público y notorio, no pretende sino animar al perezoso tribunal a demorar en la sentencia de la nueva Ley de aborto un poquito menos que lo que demora en otras sentencias sobradamente conocidas. Y es que, como es fácil de entender y requiere poca explicación, lo que se juega en esta ley, una de las leyes de aborto más permisivas del mundo –nuestro Gobierno nunca nos defrauda-, son muchas vidas, y cada minuto cuenta. El lema de la manifestación será “Veinticinco años bastan”, veinticinco años que no son sino los que llevamos de aborto en España, con el resultado de bastante más de un millón de vidas frustradas ya, y una sociedad embrutecida ante el drama de los niños abortados y también del de las madres que abortan.
No es la única iniciativa presentada estos días contra la Ley Aído. Junto al recurso de inconstitucionalidad que acaba de presentar el Partido Popular, el cual se une al presentado en su día por el Gobierno de Navarra, es de señalar también la iniciativa del Centro Jurídico Tomás Moro, que va a plantear un recurso de amparo ante el Alto Tribunal para pedir que entretanto toma una decisión sobre la nueva Ley de aborto, mantenga en suspenso su entrada en vigor, por razones que no hace falta explicar. A todo lo cual añadir el compromiso públicamente adquirido por el Partido Popular, -compromiso que ahí estaremos para reclamarle y somos muchos los que lo haremos-, en el sentido de derogar la ley en el caso inconcebible y poco probable de que el Tribunal Constitucional no la declare contraria al espíritu de la Carta Magna.
Ojalá a ese compromiso inicial del que hoy es el principal partido de la oposición pero está llamado a mayores responsabilidades en un futuro próximo, se una luego el de seguir luchando para que la cifra intolerable de 115.000 abortos que son los que se producen al año en España, se reduzca de inmediato, de cara a alcanzar, a la mayor brevedad, el objetivo irrenunciable de convertir España en un país sin abortos, que ya hemos tenido demasiados.
De momento, enhorabuena a Alicia Latorre, presidenta de la Federación Española de Asociaciones Provida y verdadera factotum de la nueva convocatoria de manifestación a la que se han sumado nada menos que sesenta entidades ciudadanas. Y a la que nos uniremos, una vez más, -¡no te quepa duda, Alicia!-, cientos de miles de madrileños y de españoles que estamos por y con la vida, y que apostamos por el progreso y por el fin de las prácticas abortivas. En España. Y en el mundo.