El goteo de noticias sobre el “ataque” israelí a la llamada Flotilla de la Libertad se sucede por minutos en estos momentos; todo parece indicar que asistimos a un nuevo episodio del antisemitismo larvado todavía en Europa, y que constituye sin duda la gran victoria postuma de Adolf Hitler, encarnada en múltiples manifestaciones, desde el negacionismo del Holocausto hasta el filoislamismo que exiben muchos sectores del socialismo europeo.

Y ante la avalancha que se avecina de fulminantes condenas a Israel y de exigencias a todos los niveles para que el Estado Judío se suicide inmediatamente, conviene poner de manifiesto algunas características de este episodio en particular y del contencioso en general que por sistema son dejadas de lado e ignoradas por las terminales mediáticas del paleoprogresismo y del nuevo antisemitismo europeo.

La primera es que la tal “flotilla de la libertad”, lejos de ser un grupo de confraternización y camaradería protagonizado por miembros de oenegés altruistas y de buen rollito, ha sido una iniciativa puesta en marcha por Hamás, grupo terrorista palestino cuyo objetivo es simplemente la aniquilación del Estado de Israel.

La segunda es que a esta hora se desconoce realmente el contenido y la carga que los terroristas pretendían hacer llegar a Gaza disfrazados y escondidos tras una pandilla de presuntos solidarios.

La tercera, que aún no se sabe por parte de quien ha comenzado el ataque, siendo el caso que entre los fallecidos hay algunos soldados israelíes, que se encargaban de inspeccionar y controlar la naturaleza real de la tal flotilla de la libertad y su supuesto carácter humanitario.

La cuarta, que la televisión turca, país al que pertenecían tres de los barcos de la flotilla, ha podido emitir en directo el ataque, como si ya estuviera previsto que así sucediera, lo que abre la posibilidad de una operación de propaganda a alto nivel

La quinta, que si se trataba de verdadera carga humanitaria, no existía ningún problema en desembarcar en un puerto egipcio cercano y trasladar la carga por tierra, como se viene haciendo a diario con toda la ayuda a la franja de Gaza.

Son pistas que nos sitúan ante una posible operación propagandística de Hamas, que inmediatamente está desatando las más furiosas reacciones mundiales contra Israel, y que puede servir de pretexto para otras cosas. Baste recordar cómo el asesinato de Ernst von Rath, oficial alemán destinado en Paris, a manos de Herschel Grynszpan, un joven judío desesperado, sirvió de pretexto para desencadenar la Kristallnacht en la Alemania nazi en 1938.

Que hoy Europa, en su dedicido afán por suicidarse, se comprometa a estos niveles con la fuerzas hostiles al Estado de Israel, sólo pone de manifiesto la terrible pervivencia de los planteamientos más radicales de los nazis y la incomprensible tendencia europea a renegar de sus propias raices, clásicas y JUDEOcristianas. Baste recordar, si no, el contexto general de todo el problema árabe-israelí, que puede enunciarse en una sola frase:

El Estado de Israel nace como consecuencia del antisemitismo europeo, que pretendió de diversas formas una Europa libre de judíos y desde el mismo momento de su nacimiento, el Estado de Israel ha intentado ser aniquilado por el entorno árabe musulman que le rodea.

Son dos evidencias tumbativas, inapelables, incuestionables: Europa “limpia” de judíos su territorio, y desde ese momento, los árabes intentan “limpiar” de judíos lo que consideran también “su” territorio. El problema no es el Estado de Israel, el problema es Europa. El fantasma de Hitler la recorre de nuevo.

http://www.jpost.com/Israel/Article.aspx?id=176936