Ofrecemos el testimonio de este sacerdote francés que es de los que mas saben sobre Garabandal, y que por no ser español no se le puede considerar interesado en ningún sentido, solo en el hecho religioso que, muy convencido, difunde por toda Europa. El lector, por supuesto, le puede dar el crédito que Dios le inspire.
El Padre Alfredo Combe fue párroco en Chazay d’Azergues, Lozanne, Francia. Jubilado y viviendo en Aix, continuó su incesante esfuerzo por hacer conocer el mensaje de Garabandal en su país y en los vecinos.
De vieja estirpe campesina de la parte central de Francia, el Padre Combe nació en una villa montañosa más alta y más pequeña que San Sebastián de Garabandal y tan pobre como ésta al tiempo de las apariciones. A los 10 años, era un muchacho joven y educado, y cuando leyó un libro sobre el Cura de Ars, escuchó el llamado del Señor: “Si solamente quisieras ser un sacerdote... ¿No querrías ser Mi sacerdote?” Se trataba de una voz interior, y él todavía recuerda su tonalidad y su dulzura. Así ese niño dejó todo para seguir a Jesús.
En el largo camino al sacerdocio, la formación solía ser muy ardua en ambas esferas, en la del estudio y en la de la espiritualidad. La disciplina era estricta y el joven Alfredo pasó 13 años en varios seminarios. Este joven demostró muy pronto ser un trabajador incansable, usando su abundante energía como estudiante y como deportista. Su memoria hacía malabarismos con los verbos irregulares del Latín y el Griego, y sus manos mostraban su destreza en juegos de pelota en el campo de práctica y en el Estadio. Era particularmente afortunado en un aspecto: tener excelentes profesores de filosofía y teología.
Recibió el permiso del Papa para ser ordenado sacerdote a la edad de 23 años, el más joven en su clase. Su obispo inmediatamente lo nombró profesor en un seminario para vocaciones tardías. Algunos de sus seminaristas eran sus amigos mas mayores.
Hasta su retiro, estuvo a cargo de una apacible y vieja parroquia en Beaujolais, un distrito de Burgundy famoso por su vino. Se sentía honrado de tener entre sus parroquianos a algunos de los discípulos directos de San Juan María Vianney, el Santo Cura de Ars.
Comprometido a lo que el llama “la causa de Garabandal”, tiene un buen sentido común para cuantificar los problemas, minimizándolos y resolviéndolos, y una maña especial para simplificar aquello que primeramente parecería complicado. Esa es la razón por la cual si tenia una duda importante sobre cualquier asunto, simplemente tomaba su Peugeot y viajaba hasta Roma para aclarar ciertos temas con hombres prominentes de la Iglesia. Era una de sus maneras de ser un Católico “Romano.”
Entrevista con el P. Alfredo Combe.
P: ¿Podría decirnos, Padre, cuándo y cómo usted escuchó por primera vez acerca de Garabandal?
R: No soy testigo de las apariciones ni un trabajador pionero en este tema. Pertenezco a la segunda generación. En 1963, recibí una información a grandes rasgos sobre Garabandal del Padre Materne Laffineur y creí totalmente, pero no fue hasta Octubre o Noviembre de 1967, que conocí a Conchita en Burgos. El resto es deducible. Semejantes cosas son inolvidables.
La mayoría de mis documentaciones sobre Garabandal proceden de tres fuentes principales; primero que nada, las videntes, especialmente Conchita; segundo, de los más importantes testigos tales como el Padre Lucio Rodrigo, el querido P. Valentín Marichalar, el P. José María García de la Riva, el P. Julio Porro Cardeñoso, el P. Laffineur, y muchos otros, sacerdotes, religiosos y laicos entre los cuales no debo olvidar, por supuesto, a los habitantes de San Sebastián de Garabandal…
P: ¿Se encontró con grandes dificultades al propagar el mensaje?
R: Ciertamente, especialmente al principio. La feligresía era constantemente prevenida al respecto desde los púlpitos. Artículos desagradables y ásperos aparecían en los periódicos católicos oficiales y no oficiales contra los pequeños encuentros que sosteníamos aquí y allá para divulgar las noticias y el Mensaje. La oposición y el rechazo del Clero eran casi completos. Este fue el período heroico. Luego un día tuve la idea de realizar un dossier confidencial que sería enviado a todos los Obispos. Como recuerdas, el P. Laffineur y yo trabajamos en este informe y los obispos lo recibieron. Eso fue a finales de 1969. De ahí en adelante tuvimos, sino una paz perfecta, al menos más libertad.
P: ¿Desde aquel entonces ¿ha habido muchos cambios , entre los clérigos franceses, y de Europa en general?
R: Sí, un montón. Entre la gente de Dios solo en Francia, los amigos de Garabandal suman, creo, al menos 600.000 en los años 70-80. Fácilmente realizamos reuniones con más de 800 personas en una sala de conferencias. Entre los sacerdotes - Estoy hablando de aquellos obedientes al Papa – más y más están abiertos al Mensaje de Garabandal. En lo que respecta a los obispos, temo que no estaría lejos de la verdad si dijera que casi ninguno muestra algún interés por lo que llamamos revelaciones privadas…
P: ¿A través de qué medios difunde Ud. el Mensaje de Garabandal en su país y en los otros de Europa?
R: Primero, están los sobrenaturales, me refiero a la gracia de Dios. Si en verdad este Mensaje viene del cielo, entonces el Espíritu Santo, Autor de todos los carismas, debe tomar cuidado de ello. Y esto es lo que uno puede ver en este caso de Garabandal difundiéndose por todo el mundo. Es un carisma que se mueve desde lo hondo. “Yo haré todo,” dijo Nuestro Señor a Conchita en una locución.
Están también la enorme importancia de la oración, los sacrificios y sufrimientos que a los amigos de Garabandal se les invita continuamente a ofrecer al Señor. Cuando la Bendita Virgen prometió que los enfermos presentes en el gran Milagro de Garabandal serán curados, ¿no indicó acaso la importancia del sufrimiento si este es ofrecido por la redención del mundo?...
P: Sí, Padre, estamos de acuerdo. ¿Ha visto Ud. algunos buenos frutos espirituales a consecuencia del Mensaje de Garabandal?
R: Puedo dar extensos testimonios en ese punto. Este mensaje convierte y también lleva a una vida más santa. Este Mensaje inspira a las almas generosas a solicitar la admisión en los seminarios, o a los conversos a servir al Señor. Conozco el caso de varios seminaristas preparándose para el sacerdocio y varias Hermanas en el camino de la perfección a causa de Garabandal. Y luego, por supuesto, están las curaciones impresionantes.
P: ¿Cómo organiza la difusión del Mensaje de Garabandal?
R: El Mensaje debe ser difundido al mundo, en forma profunda y extensa. Por profundo me refiero a, ¿cómo podemos nosotros difundir el Mensaje si no demostramos su importancia y urgencia para nuestro tiempo? No es suficiente simplemente mantenerse repitiendo las palabras del Mensaje. Debemos asimilar cada frase, a través de un estudio serio donde la teología, la vida espiritual y la práctica pastoral se encuentren en forma conjunta. Esa es la razón por la cual, gracias al Obispo misionero José Bretault, hemos publicado muchos folletos en francés sobre cada punto del Mensaje. Estos folletos están siendo muy solicitados por sacerdotes y Hermanas….
P: ¿Podría decir algo sobre la importancia de estos libros para Garabandal?
R: Con todo gusto. Un libro serio sobre Garabandal es beneficioso para el Mensaje de Nuestra Señora porque se propaga en todas las direcciones, entre los teólogos y autoridades eclesiásticas, y entre la gente de Dios. Un libro serio compele a la mente humana a buscar la verdad. Si un libro es serio, será tarde o temprano traducido a otras lenguas e irá alrededor del mundo.
P: ¿ A qué se refiere cuando dice que debemos divulgar el mensaje “en forma extensa”?
R: Me refiero simplemente a esto; el Mensaje debe hacerse conocer en todo el mundo. Y esto es lo que se está haciendo tan admirablemente por nuestro mutuo amigo, José Lomangino, con su hermosa revista, GARABANDAL, y otras actividades apostólicas. Esto también lo hacemos en Europa con la incómoda dificultad de nuestros idiomas diferentes. Publico un boletín dos veces al año para los amigos de Garabandal. Se envía totalmente gratis, principalmente a los franceses, pero también a otros países, predominantemente Europeos.
Considero a las conferencias públicas como de vanguardia en la difusión del Mensaje. Se realizan en todas las ciudades de cierta importancia, algunas veces en los pueblos, de Francia, Suiza y Bélgica… Todo esto supone un trabajo considerable, mucha correspondencia y un montón de viajes en automóvil, llevo mas de al servicio del mensaje de Nuestra Señora.
P: ¿En promedio, cuántas personas asisten a una charla?
R: Varía bastante, dependiendo de la ciudad. Por ejemplo, en un viaje en Brittany hablé a 2.000 personas en 6 disertaciones. Hablo a alrededor de 30.000 personas por año.
P: ¿Con cuántos países está Ud. en contacto?
R: Treinta y cuatro.
P: ¿En qué otros países ha dado conferencias mas recientemente?
R: Suiza, en los comienzos de noviembre último. Fue realmente extraordinario porque a mitad del viaje, el abad de un monasterio Benedictino me pidió hacer un desvío para que compartiera con ellos mi información sobre Garabandal. Así, di una conferencia a monjes benedictinos. Había como 60 personas todas juntas, todos los monjes, cerca de 20, otra gente relacionada con el monasterio tales como benefactores, y unos pocos sacerdotes. El más entusiasta era el cura párroco local…
P: ¿Tiene algunos otros trabajadores con Ud.?
R: A donde voy tengo amigos que preparan mi llegada. Pueden ser dos, tres, o tanto como diez, uno de los cuales es la persona encargada. Me piden que venga, logramos un acuerdo sobre la fecha, y voy.
P: ¿Tiene algunos consejos para la gente que difunde el Mensaje?
R: Cada trabajador debería estar lleno del fuego del Monte Carmelo, consciente que el trabajo pastoral de la Virgen Bendita a través de sus Apariciones, es uno de los medios más eficaces para la santificación de la Iglesia. Y un segundo punto, ya que los eventos están prestos por venir, debería haber cierto aire de urgencia.
Hay algo más, un puñado de noticias.
El 5 de julio del año pasado (1983), estaba yo en Fátima como guía espiritual de un considerable grupo de peregrinos. En ese ínterin, pedí ser recibido por el anterior obispo de Leiria (Obispo de Fátima). Dijo que sí. A las 8.30 pm. fuí recibido y nos encontramos, solamente nosotros dos, durante tres cuartos de hora. Yo sabía que a este Obispo (quien frecuentemente veía a Sor Lucía, no actualmente pero sí un tiempo atrás) se le pidió ir a ver a Conchita dos veces. Yo había conocido al Obispo por vez primera en 1961. Aquí están los puntos principales sobre los cuales platicamos.
Lo primero que dije fue, “Esta es la segunda vez que nos vemos. La primera fue en Le recordé de nuestro encuentro. En aquella oportunidad, él me había obsequiado una estatua peregrina de la Virgen Nuestra Señora de Fátima, la cual eventualmente llegó a mi iglesia en Chazay d’Azergues. Luego le dije, “La segunda vez que lo ví fue en una fotografía, en la casa de una Señora a quien Sor Lucía le había pedido a Ud. que visitara, y que vive muy lejos de aquí, Conchita, en Nueva York.” Te cuento la historia tal como sucedió.
Inmediatamente, el Obispo se levantó y cayó a mis rodillas. Luego tocó su anillo indicándome que lo besase. Después de besar el anillo, tomó mis manos entre las suyas, y me dijo esto que recuerdo perfectamente:
“ Padre Combe, he comprendido todo. Sea Usted, que difunde los Mensajes de Nuestra Señora del Monte Carmelo de Garabandal, bendecido y recompensado por este trabajo, que es apostólico porque este Mensaje es el mismo de Fátima pero para nuestra época, adaptado a nuestro tiempo.” Le pregunté a que se refería al decir “adaptado a nuestro tiempo”. El respondió, “lo que la Bendita Virgen no pudo decir en Fátima en 1917 sobre la crisis del sacerdocio y la crisis doctrinal, especialmente la Eucaristía, porque no existían tales crisis en ese entonces, ni la reacción contestataria que existe ahora, lo dijo luego claramente en Garabandal”.
Continuó explayándose, “ Es (Garabandal) extraordinario en sus perfiles proféticos, porque es la primera vez a mi entender, que un Milagro coincidirá con un gran evento en la Iglesia, lo cual tendrá como consecuencia que el caracter profético de Garabandal sea inmenso”.
Me puse muy felíz de tener esta confirmación de lo que yo ya había sospechado, que Garabandal era una continuación de Fátima. Al final de nuestro encuentro, le pedí al obispo su bendición y él me la dio no solo a mí, sino a todos aquellos que trabajan conmigo para difundir el mensaje. Después de esto, el Obispo me pidió a mí, mi bendición.
El fue el anterior Director/Presidente del Ejército Azul y el que había traído la tercera parte del mensaje de Fátima al Papa Juan XXIII en 1960. Es un Obispo santo.
P: Y ahora la última pregunta. ¿Es verdad que Ud. vio en uno de los anotadores del Padre Rodrigo Llanos, S.J. (uno de los confesores de Conchita durante el tiempo de las apariciones), donde Conchita decía que el Santo Padre visitaría Garabandal?
R: Estoy dispuesto a jurarlo sobre el Evangelio. Sucedió unos pocos meses antes de la muerte del Padre Rodrigo (30 de mayo, 1973) cuando fui a hacerle una visita. Mientras hablábamos, se levantó súbitamente, fue a su escritorio y cogió un cuaderno de anotaciones eclesiásticas. Empezó a ojearlo buscando una página en particular, la encontró y me la mostró. Aunque no conozco el español muy bien, leí lo que estaba escrito en la página izquierda y luego lo traduje. Esto es lo que decía: “La Virgen ha dicho a Conchita, primero, que el Santo Padre iría a Tierra Santa.” Y el Padre Rodrigo escribió debajo de esto, “Cumplido.” Luego, decía que “el Santo Padre iría a Fátima.” Y el Padre Rodrigo escribió abajo, “Cumplido.” Y tercero, “ el Santo Padre irá a Garabandal.” Y el Padre Rodrigo escribió, “estamos esperando.”
P: ¿Cree Ud. que esto sucederá antes del Milagro?
R: Si lo creo
-------------------------------------------------
Fuente: