Año del Señor 2024
2 de octubre
Hola, buenos días, hoy Israel nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
¿ASÍ DE SENCILLO?
Me han mandado caminar 5 minutos rápido y 5 minutos a ritmo normal, alternando así sucesivamente durante un tiempo determinado.
Parece algo muy sencillo, pero lo que voy experimentando es que, cuando ya has cogido el ritmo, frenar de repente para ir más tranquila cuesta un montón. Es como si tuviera que alcanzar la meta y, cuanto antes llegue, mejor.
Al formular estas palabras, me di cuenta de que esto mismo sucede en la vida interior y en el crecimiento personal. Queremos avanzar, crecer rápido, cuanto antes mejor. Y, sin embargo, el Señor no tiene tanta prisa como nosotros.
Cuando me dejo llevar por esa “prisa” por crecer, creyendo que a mi manera lo lograré más rápido, en realidad no estoy haciendo lo que debo hacer, que suele ser tan sencillo... como en este caso, bajar el ritmo.
Me recordó al pasaje de Naamán, el sirio enfermo de lepra, a quien el profeta Eliseo mandó bañarse siete veces en el Jordán para curarse. Él, en cambio, se indignó: “¡Con los ríos tan buenos que hay en mi país!” Y estuvo a punto de marcharse tal cual, eligiendo buscar el remedio a su enfermedad por otro camino. Menos mal que tenía buenos servidores que se atrevieron a decirle: “Si te hubiera pedido algo difícil... pero con lo sencillo que es, no pierdes nada por hacerlo” (2 Re 5).
¡Hacer lo que se le proponía, por más sencillo que fuera, fue su salvación! Y también la nuestra. El Señor siempre nos está regalando personas o acontecimientos que nos impulsan a crecer humanamente y también a vivir de verdad una vida en el Espíritu.
No se trata de grandes complejidades ni de cambios drásticos, sino de cosas prácticas tan sencillas como vivir el día en alabanza, mirando al Señor, dejándote impulsar por los hermanos, acudiendo a esa cita que llevas posponiendo o haciendo caso al que te sugiere un sencillo remedio.
Hoy el reto del amor es hacer esa cosa tan sencilla que no terminas de hacer. Ahí está el Señor esperándote... ¡así de sencillo!
VIVE DE CRISTO
¡Feliz día!
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