Hoy me he levantado recordando la organización del tiempo que propone Stephen Covey.
Él divide las actividades a las que dedicamos nuestro tiempo en cuatro cuadrantes:

I. Urgente e importante
II. Importante y no urgente
III. Urgente y no importante
IV. No urgente y no importante

Covey empieza la explicación del tercer hábito: “Establezca primero lo primero”, haciendo estas preguntas al lector:

“¿Qué puede hacer usted, que no esté haciendo ahora y que, si lo hiciera regularmente, representaría una tremenda diferencia positiva en su vida personal?"

“La respuesta a esa pregunta –dice- seguramente encajará en el cuadrante II, lo que es importante y no urgente”. Dice que son actividades “obviamente importantes, profundamente importantes, pero no urgentes. Y porque no son urgentes, usted no se dedica a ellas”.

Por el contrario, el resultado de vivir centrado en el cuadrante I, en lo urgente e importante, deriva en “estrés, agotamiento, administración de crisis, siempre apagando incendios”.

Dice también: “Las materias urgentes son por lo general muy visibles. Nos presionan; reclaman acción. A menudo complacen a otros. Por lo general las tenemos en nuestras propias narices. Y suelen ser agradables, fáciles y divertidas. ¡Pero con la misma frecuencia carecen de importancia!

La importancia, por otra parte, tiene que ver con los resultados. Si algo es importante, realiza una aportación a nuestra misión, nuestros valores, a nuestras metas de alta prioridad.


Ante las materias urgentes, reaccionamos. Las cuestiones importantes que no son urgentes requieren más iniciativa, más proactividad. Tenemos que actuar para no dejar pasar la oportunidad, para hacer que las cosas ocurran. (…) Si no tenemos una idea clara de lo que es importante, de los resultados que deseamos obtener en nuestra vida, con facilidad nos veremos desviados hacia la respuesta ante lo urgente.”

Espero os sirva para pensar esta lectura compartida. Os invito a compartir lo que os suscite. Por mi parte iré ahondando  la reflexión en próximos artículos.

Si queréis profundizar en el tema os invito a leer el libro de Stephen Covey, Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva.