LOS JÓVENES Y LA IGLESIA
Tema apasionante. Antes de escribir sobre el valor del reciente Sínodo sobre los jóvenes, quiero comentar un escrito que se ha vuelto viral, redactado por una chica de 27 años. No conozco a esta joven pero sus palabras nos llevan a pensar.
Se llama Ash, es millennial en su máxima definición, escribe directo, al grano. Transcribo sólo algunas frases de su mensaje: “Respeto no sólo la religión católica, respeto cada una de las religiones… Crecí en una sociedad católica, fui a una escuela católica y fue una de las experiencias más hermosas de mi vida… Así que lo que menos quiero es ofender a nadie. Somos una generación, varias generaciones en las que el puente entre la Iglesia y nosotros ha sido enorme… Lo digo porque lo viví en carne propia…. ¿Cómo puedo yo ser parte de algo que rechaza lo que soy y lo que he vivido y lo que me ha tocado vivir?... Jóvenes, en nuestras manos está ser una sociedad llena de amor, tolerancia y paz… Venga, estudien y sepan que la única constante en la humanidad ha sido el cambio… Con cariño y respeto, Ash”.
Jóvenes como Ash piensan que la Iglesia hoy es lejana, distante y les dice poco. Y por lo menos a mí, me duele. Porque la Iglesia es madre, sí, sobre todo madre, pero también es familia, es hogar.
Y me pregunto cuántos jóvenes han tenido una experiencia como la de la autora de este escrito que tantas vueltas ha dado por las redes.
¿Qué iglesia conocen o conocieron? ¿Quién les cerró las puertas de un Dios que se hizo hombre y que murió con los brazos abiertos para todos? Nunca dejó a un lado a nadie, se llamara Zaqueo, Magdalena o Mateo, aunque fueran muy mal vistos por sus contemporáneos.
Me pregunto si han conocido, por ejemplo, a esas mujeres con hábito que cuidan leprosos y enfermos o a uno de esos jóvenes o muchachas que renuncian a todo por Jesús en plena flor de la vida, con la única ilusión de servir y amar a los demás.
Me pregunto si alguna vez conocieron una parroquia en la que cuando llegas, alguien te sonríe y te acoge y puedes encontrar grupos de todas las edades donde siempre te sentirás respetado, querido y valorado.
Hablemos, en concreto, de México y España. La Fundación “Aquí estoy” y la Consultora “De la Riva y Asociados” presentaron un estudio sobre la religiosidad de los jóvenes en edad de bachillerato (16 a 18 años), realizado en las tres ciudades más importantes del País: Guadalajara, Monterrey y Distrito Federal
El estudio refleja que los jóvenes se perciben como críticos e indiferentes a la Iglesia en un 73% frente al 27% que se considera cercano. Del 73% de los jóvenes que se encuentran lejos de la Iglesia, el 35 % es el más crítico y la considera "aburrida y que sobre todo le interesa acumular riqueza”.
Sólo el 26% de los jóvenes considera que la caridad es importante en su vida. Les interesan los valores humanos y no muestran casi interés las cuestiones morales como el aborto, la eutanasia y la adopción de menores por parte de parejas del mismo sexo.
Un dato que impacta es que el 80% declara conocer poco, regular o nada a la institución de la Iglesia.
Sólo la Virgen de Guadalupe se mantiene en un nivel de 78% de las preferencias de los jóvenes y el 44% acepta llevar una imagen de la Morenita consigo.
Según el Informe de diciembre de 2017 “Jóvenes españoles 8417”, de la Fundación Santa María, el 22.1 % se declaran católicos practicantes (el 27% en México), el 18.3 % católico no practicante, el 27.8% indiferente o agnóstico y el 23.7 % ateo.
Nos tiene que doler que una parte considerable de esta generación millennial se sienta distante de la Iglesia. A mí me duele mucho. Así que manos a la obra y a examinar nuestra vida para imitar a Jesús de una forma más sincera y sencilla.
Creo que esto es lo que nos pide poner en práctica el Sínodo sobre los jóvenes que acaba de concluir en Roma y del que hablaremos la próxima semana.