El fin de semana pasado estuve en Bilbao. Qué maravilla compartir con gente de aquella tierra, muy lejana a veces, tanta cercanía.
La excusa fue el Congreso de Católicos y Vida Pública. ¡Cinco años ya en Bilbao! Una pasada.
Yo fui de segundo plato. Me llamaron el jueves para ver si podía participar en una mesa redonda el sábado por la noche. Acepté encantado, y el viernes me llamaron para ver si podía particpar en otra más, en esta ocasión el sábado por la tarde. Así que sin estar anunciado en el programa de las Jornadas, fui el que más habló. Típico de la Gospa.
Tuve la oportunidad de conocer en persona al obispo auxiliar, don Mario Iceta, y como no me había preparado nada ni para una mesa ni para otra, hablé de Ayuda a la Iglesia Necesitada, y de Medjugorje. Fue un poco un resumen de lo que viene siendo mi vida en los últimos cinco años.
"No planees nada, abandonaté en mis manos y te daré el mejor plan y el mejor esecenario para que les cuentes cómo me has conocido". La frase me la he inventado yo, pero es el fruto de muchas y muy imprevistas experiencias que he tenido con la Virgen María, y que parece haber escrito ella en mi vida. Así que, como digo, sin estar en el programa oficial, sin haberlo planeado, sin papel ni nada preparado, tuve la oportunidad de hablar de Medjugorje, dos veces, en el Palacio de Euskalduna, y con el obispo como moderador de una de las mesas. Para mí, todo un regalazo.
El jueves siguiente, charleta en Madrid, con un grupo de señoras que me han pedido repetir. El viernes, en una parroquia ante unos adolescentes de catequesis que me miraban como a un marciano. Y el sábado, otra más, con la asociación Ideas y Creencias, con una cena muy rica.
Es curioso, porque cuando me invitan para estas cosas, yo al final hablo de rezar el rosario y cosas así. Y es alucinante el hambre de la gente en oir hablar de esto. Muy bien no lo entiendo, pero no me importa. Yo lo seguiré haciendo siempre que Ella quiera.
Hoy le decía a Juan, un amigo de Ibiza, que estaba cansado, pero no era una queja, sino un dato. Estoy fatal, pero fatal de bien, porque es una gozada que te den un palacio de congresos entero para contarle a la gente las maravillas que Dios hace en tu vida, y llevo un porrón de años haciéndolo y no paro. Pero es genial. Si en vez de un palacio es una parroquia, tan genial o más.
Me quedé tirado en Bilbao por el cierre del aeropuerto y disfruté de un viaje en tren la mar de divertido con uno de mis ´hermanos mayores´: Jesús Poveda. Allí recordamos que aunque nos vemos poco, siempre es en situaciones en las que hay que improvisar. Y en eso de la improvisación, Poveda es un superviviente, así que fue genial.
A veces echo de menos los campitos de Medjugorje. Esos paseos entre huertas y viñedos desde la parroquia hasta el Monte de las Apariciones, rosario en mano y con el sol a cuestas. Gracias a Internet, puedo disfrutarlo. Este es un paseo desde la parroquia hasta el monte. ¿Te vienes? Espero que te guste.
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DBT!