Año del Señor 2022
23 de agosto
 
Hola, buenos días, hoy Israel nos lleva al Señor. Que pases un feliz día. 
 
¿VERDE O MADURA?
 
En nuestra huerta tenemos un árbol centenario que es un moral. Y en esta época del año está completamente repleto de moras. Es tan grande que toda la parte superior suele estar llena de pájaros que acuden a comer sus riquísimos frutos, de manera que, cuando te acercas, al verse sorprendidos, de pronto salen todos volando. 
 
Hace unos días, mientras daba un paseo, vi a una hermana que estaba allí merendando bajo el moral. Cogía moras y las iba degustando simultáneamente. Así que me entraron ganas de hacer lo mismo. Pero, según intenté coger la primera, todo el jugo comenzó a caerme por la mano… ¡Cómo nos pusimos! 
 
-Pero va a ser difícil quitarnos las manchas… -le dije, mostrando mi preocupación.
 
Sin embargo, ella me respondió:
-“Mancha de mora, con otra verde se quita”.
 
¡Y asombrosamente es verdad! Nos cogimos unas cuantas verdes, y nos fuimos a la fuente a lavarnos y según restregábamos las manos, las manchas salían completamente. 
 
Después, en la oración, me volvió a venir la imagen de aquella tarde, y el Señor me regaló descubrir que los dos frutos son como la oración y el amor.
 
Cuando apostamos por el amor, cuando optamos por el bien, cuando escuchamos los impulsos del Señor, degustamos los frutos maduros. Pero es cierto que muchas veces esto es un riesgo, y nos puede incluso salpicar. Pero para ello tenemos el fruto verde, que es la oración. Es ese diálogo con Él que nos limpia, nos renueva, y es precisamente de la oración de donde luego surgirán los nuevos frutos maduros. 
 
Y lo genial es que los dos frutos provienen del mismo árbol. Nuestro “árbol”, el que se hace alimento por nosotros, es el Señor. Todo es Gracia, tanto la oración como el amor. Nuestra parte es que libremente queramos disfrutar de lo que Él nos quiere regalar, tomando los frutos de Sus ramas. 
 
Hoy el reto del amor es acudir a la Eucaristía. La Eucaristía es ese “árbol” del que el Señor se ofrece como alimento, dándonos todo lo necesario para vivir el día desde la oración y el amor. Está a nuestro alcance, Cristo no está lejos, sino tan cercano que hasta ha querido quedarse con nosotros para que siempre que queramos podamos encontrarLe. 
 
VIVE DE CRISTO
 
¡Feliz día!
 
 
©Producciones es El- Vive de Cristo (Dominicas Lerma)

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