Una de los debates que ese tándem peligrosísimo que hacen políticos y periodistas ha puesto sobre la mesa es el del dilema entre salvar la vida de las personas o salvar la economía. Los defensores de salvar vidas humanas serían en este caso los partidarios del confinamiento; los de salvar la economía serían los de continuar la vida normal como si nada pasara.
La cuestión que traigo hoy aquí para que cada uno intente hallar su respuesta es la siguiente: ¿alguien se ha preguntado cuáles habrían sido las consecuencias económicas de haber continuado la vida normal como si no hubiera en las calles un bicho peligrosísimo con una capacidad inusitada de contagio y una terrible habilidad para proporcionar la muerte a un altísimo porcentaje de los contaminados (por cierto, no siempre viejos, como a algunos parece consolar)?
Las consecuencias del confinamiento que estamos viviendo van a ser devastadoras para la economía, eso no se le oculta a nadie, no vale la pena intentarlo. Las consecuencias económicas de no haber hecho nada no sólo no habrían sido mejores, sino que habrían sido peores, infinitamente peores. Salvar vidas es, pues, lo mismo que salvar la economía, en otras palabras, no hay dilema.
Que hagan Vds. mucho bien y que no reciban menos. Que tengan Vs. una feliz cuarentena.
©L.A.
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