Buenas tardes amigos. Abro aquí una reflexión, sin ánimo de juzgar a nadie, solo de que pensemos. ¿Curas y monjas que bailan en Tik Tok realmente predican la fe o ayudan a que la fe se haga adulta más que infantil?
No dudo de la buena intención, ni del esfuerzo pero, ¿es ese un camino verdadero? No lo veo ¿Cuál es nuestra misión? Somos servidores de la fe.
La fe es un don. Es aceptar que Dios es Amor y ha muerto y resucitado por mi y mis pecados. Dice San Pablo que la fe entra por el oído. Por la necedad de nuestra pobre predicación la fe se transmite. La fe es para la salvación. Y la fe se desarrolla para llegar a ser adulta.
Veo el peligro de que la gente no se quede en Dios sino en la persona en particular. Y de que no se capte el mensaje del Evangelio sino más bien de “que buena y que maja es esta persona”, “ojalá toda la Iglesia fuera así”. Y ojo, creo que esto es aplicable a otras RRSS.
Que un cristiano se convierta en adulto de fe requiere un camino, en el que va aprendiendo discernimiento gracias a la escucha de la Palabra, que le enseña a ver la voluntad de Dios en su vida, también a la catequesis que enseña ese discernimiento. Y gracias a los sacramentos.
Creo que Tik Tok infantiliza. En esto trataré de profundizar en la siguiente entrega de este blog. Y os cuento algo real: son muchos los jóvenes que me han dicho: tú no hagas eso, no bailes “chunda chunda” en Tik Tok, lo que necesitamos es que seas y nos des lo que sólo puede dar un sacerdote: los sacramentos y la predicación. De lo otro ya hay mucho.
Me da la sensación de que en un esfuerzo por llegar a la gente nos mundanizamos. ¿Pero realmente quien quiere a Dios de verdad y adultamente quiere vernos así? ¿Mostramos la verdadera fe?
No estamos para “hacer un mundo más humano”. Humano ya es. Estamos para divinizarlo.
Y podemos hacer creer a la gente joven que ser cristiano es hacer lo que hace todo el mundo pero metiendo la palabra “Dios” en algún sitio. Eso se aleja mucho de lo que enseña la Palabra De Dios y de la predicación de los Padres de la Iglesia y el Magisterio de los últimos Papas.
A los jóvenes, ¿realmente les hacemos reflexionar? ¿Preguntarse? ¿Encontrar respuestas? ¿Encontrarse con Dios vivo y verdadero? ¿Enseñarles un trato de intimidad con Él? ¿Amar la propia cruz? ¿Desprenderse de los ídolos? Como dije antes: no lo veo.
Y hasta aquí mi reflexión, sólo quería compartirla, seguiré en la segunda parte. Pasad buen día o buena noche. Y rezad por este cura, por favor. Quiero tener una fe adulta. Dios os bendiga.