La sierva de Dios Chiara Corbella Petrillo (1984-2012) es una joven italiana que murió a los 28 años a causa de un cáncer. Le dieron la noticia de su enfermedad cuando llevaba cinco meses embarazada de su tercer hijo, y decidió no recibir ningún tratamiento que pudiera perjudicarle.
Ella "dio todo lo que podía: la vida", como dice su esposo Enrico Petrillo. Fue un camino no exento de dificultades, contradicciones, sufrimientos, paciencia, obediencia, … cruz, pero también de mucha felicidad, entrega, generosidad, serenidad, fecundidad, gracia, esperanza, … amor.
“La vida es un regalo maravilloso”, decía Chiara.
El cardenal Vallini, Vicario General de Su Santidad para la diócesis de Roma, que había conocido a Chiara en vida, la definió en su funeral como una segunda Beretta Molla, y dijo que “la vida es como un bordado del que vemos el reverso, la parte de los hilos. Sin embargo, de vez en cuando la fe nos permite ver una tira de la parte del haz”. Y “Lo que Dios ha preparado a través de ella no lo podemos perder”.
Enrico estaba profundamente feliz con una alegría que recogía su dolor y las lágrimas, sabiendo que Chiara lleva una parte de él a Jesús, el Esposo de los dos, y así llega a expresar: “No creo que haya un milagro más grande que la paz ante la muerte. Para mí es la perla preciosa que vale más que todo lo que tengo”.
El 2 de julio de 2018 se abrió su causa de beatificación y canonización.
Ediciones Palabra ha publicado “Nacemos para no morir nunca. La historia de Chiara Corbella Petrillo”, donde podemos descubrir quién es, porqué su historia ha despertado tanto interés y ha conmovido a tantas personas no solo en Italia, sino en todo el mundo y cómo puede la muerte de una mujer tan joven ser testimonio de que la vida es un don maravilloso.
Este libro nos narra su historia y la de su marido Enrico y sus hijos, a través de aquellos que fueron testigos de su experiencia y la conocieron bien; una existencia que no se rindió ante la muerte y se convirtió en un signo de esperanza para todos nosotros.