Permítaseme una nota de desenfado en unos momentos difíciles para nuestra querida Iglesia. Para olvidarnos un poco de los abusos, campañas periodísticas, laicismo beligerante, etc., cosas todas importantes pero que nos pueden poner la cabeza como un bombo y, lo que es peor, quitarnos la paz del corazón, os propongo una cuestión litúrgica de más o menos poca monta, según se mire.

He descubierto una página web llamada “Bad vestments” en la que se dedican a mostrar fotografías de ornamentos litúrgicos horripilantes. Sí, es curioso pero a eso se dedica la página. Imagino que lo hacen con buen sentido, por amor a la liturgia digna (que muchos en el mundo anglosajón están hasta arriba de las horteradas litúrgicas), pero el caso es que deben gastar un montón de tiempo en buscar dichas fotos.


La mayoría son del mundo anglicano, expertos en dichos ornamentos estrambóticos, otros son del progresío del mundo anglosajón, por eso digo que podríamos estar peor, pues por lo menos en nuestro país creo que en general no llegamos a estos extremos, en general nuestro clero se mantiene en la moderación. Lo cual me lleva –entre otras muchas cosas, no se me tache de simplón- a entender porqué cunde el tradicionalismo en aquellos paises y porqué muchos anglicanos conservadores se quieren volver a católica.

La verdad es que algunos clérigos deberían mirarse al espejo antes de salir al altar, si tienen sentido del ridículo:






 




























































Lo mismo se puede aplicar a algunas clérigas:


















































Pero la palma se la llevan los obispos y las obispas anglicanas:





























































Algunos casos son de auténtica traca (y no lo pongo peor porque creo que no son católicos)







































Para qué seguir. Vaya, lo dicho, podríamos estar peor