¿Estamos creando en las escuelas más “innovadoras” discapacitados lingüísticos?
Fanny Capel, profesora francesa de literatura en el Liceo Paul-Eluard de Saint-Denis (Seine-Saint-Denis) y presidenta de la asociación Sauver les lettres considera que actualmente numerosos estudiantes no han aprendido a manejar correctamente los rudimentos de la lengua de tal modo que nos saben leer y escribir en profundidad. A estos estudiantes los denomina discapacitados lingüísticamente. También podríamos hablar de analfabetos funcionales. Una discapacidad -entendida alegóricamente- que va a perjudicarles en su manejo personal, familiar y laboral en la vida adulta y en su capacidad de pensar y comprometerse cívicamente. Todo lo contrario de lo que se proponía la paideía griega.
Consecuentemente desde la web Sauver les lettres (creada en marzo de 2000) buscan soluciones “contra el debilitamiento, la distorsión o incluso la desaparición de la enseñanza de la lengua y la literatura”. Y señalan que con el establecimiento de las sucesivas reformas de la educación en Francia – trufadas de un muy permisivo pedagogismo- los estudiantes han perdido muchas horas de enseñanza del francés, de las humanidades, y de instrucción directa llevadas a cabo ante la casi ausencia de profesores preparados y verdaderamente protagonistas. En este sentido rechazan la abundante presencia de profesores facilitadores -a menudo poco preparados- que dan todo el protagonismo a los intereses de un estudiante que construye (sic) su propio conocimiento en un ambiente donde la disciplina y el respeto también han ido disminuyendo. Pero existe soluciones para este problema que, aunque sean muy pequeñas algunas, unidas caminan hacia el mejor aprendizaje de la lengua.
Recuperar la copia de textos literarios para mejorar el conocimiento de la lengua
Comencemos con una historia que nos puede ayudar: el escritor norteamericano de origen humilde Jack London (1876-1916) aprendió, de un modo autodidacta, a escribir en la Biblioteca Pública de Oakland. Leía intensamente pero también copiaba minuciosamente pasajes de los autores consagrados para empaparse de su estilo.
Vayamos ahora al meollo del asunto. Quizá ante el título de este artículo un profesor pedagogista y muy moderno nos podría espetar indignado: “¡Qué desfachatez, qué rutina, qué falta de creatividad subyace en poner a los estudiantes a copiar textos literarios!”. Ese es el mal: muchos pedagogos y maestros en la escuela de hoy piensan que “cualquier pasado fue peor, lo antiguo no funciona, solo lo innovador motiva”. Es la adoración de lo nuevo y de una actividad sin fines, de una creatividad sin conocimientos. Un ejemplo, solo uno entre muchos, es la gamificación, entendida como la omnipresencia de lo lúdico como forma de aprendizaje. Pero los resultados en España (desde la LOGSE), también en Francia, en Estados Unidos están siendo negativos. No se aprende y la lengua languidece.
Desde estas ideas acerquémonos ahora a otra pedagoga estadounidense, que a la vez es historiadora, su nombre es Susan Wise Bauer (1968 - ...). Para nuestros intereses hemos de consignar que esta pedagoga publica recursos para el currículum K-12 desde una enseñanza ligada a la tradición clásica.
Wise Bauer lleva muchos años defendiendo una educación lenta, meticulosa, laboriosa y muy bien fundamentada que no cede ante las modas y se propone educar en profundidad desde métodos que siempre han funcionado. Con este propósito reivindica recuperar el Trivium para formar a los estudiantes paso a paso y no le importa proponer tareas, tan denostadas hoy, como la lectura en voz alta, la memorización de textos valiosos, la declamación, la caligrafía, la escritura ligada, el dictado o la repetición de las lecturas, y un largo etcétera. En este panorama cabe la muy valiosa copia de los mejores textos literarios para perfeccionar la gramática, la sintaxis, el vocabulario, etc., de los estudiantes.
El trívium de Susan Wise Bauer
Pero antes de hablar del copywork, que es la palabra que se usa en inglés para designar la copia de textos literarios excelentes, vamos a definir brevísimamente cómo esta pedagoga concibe un Trívium que se desarrolla a lo largo del K-12, es decir: la escolarización primaria y secundaria en Estados Unidos entre otros países.
El Trivium del modelo de Susan Wise Bauer es un marco educativo clásico -de raíz grecolatina y de estructuración medieval- que desarrolla el intelecto del estudiante en tres etapas, todas ellas fundamentadas en el dominio del lenguaje como base de estudio de las artes liberales (por oposición a las artes manuales):
- Etapa gramatical (Grammar stage: 6-10 años, 1°- 4° grado.): se centra en la absorción de los hechos fundamentales de la realidad desde un muy buen dominio del lenguaje: vocabulario, reglas gramaticales presentes en la descripción de los contenidos básicos de las distintas materias que se estudian en esta etapa -en un primer nivel de dificultad- como las matemáticas, la historia y la literatura.
- Etapa lógica (Logic stage:10-14 años, 5°-8° grado.): se basa en los fundamentos de la gramática y enseña a los estudiantes a analizar la información (en los contenidos de las asignaturas), comprender las relaciones y pensar de manera crítica. La progresiva adquisición, cada vez más abstracta, del lenguaje más afinado se utiliza para analizar y construir argumentos y desarrollar habilidades de razonamiento.
- Etapa retórica (Rhetoric stage: 14-18 años, 9°-12° grado.): culmina enseñando a los estudiantes a expresar, en la oratoria, sus ideas de manera persuasiva y clara, utilizando el lenguaje como una herramienta poderosa para la comunicación y la argumentación. Siempre desde el estudio de las distintas materias de este momento trabajadas ya en profundidad.
En conjunto, estas etapas preparan a los estudiantes para pensar profundamente, articular sus ideas de manera eficaz y participar en el aprendizaje permanente. Y siempre desde un lenguaje cada vez más sutil, rico y abstracto que es la clave de bóveda, es la piedra angular, el centro a partir del que se avanza, se piensa, se aprende.
Copywork, copia de textos literarios de autores consagrados
Entonces la copia de textos -normalmente literarios y de calidad, siempre adecuados a cada etapa, para la edad en la exigencia y la longitud- es una forma de familiarizarse lenta y profundamente con el modo de escribir de los grandes literatos y pensadores de todas las épocas. Es un primer pequeño paso que en la universidad llevará a la lectura y reflexión sobre los grandes libros en esta dinámica clásica.
Esta es una tarea que tiene sus raíces en el mundo clásico. Entonces tenía lugar la copia, la memorización y recitación de textos de Homero, por ejemplo, similar al copywork. Era una práctica común en la paideía para imitar los modelos de excelencia.
Y es una forma de impregnarse no solo con la gran literatura sino también un modo de acercarse a los grandes relatos históricos, científicos, filosóficos. Significa ir a buscar al modelo y paladear las palabras de las fuentes del mejor lenguaje gramaticalmente y a menudo de las mejores traducciones. Significa andar meticulosamente asimilando cada palabra, la puntuación, la sintaxis e incorporando vocabulario en su rico contexto.
Desde luego, copiando los textos en letra tipográfica, el copywork facilita la mejora de la caligrafía desde la letra ligada. Favorece la mejora de la letra escrita a mano, en una palabra.
Entonces los textos de los autores consagrados aumentan el conocimiento de la lengua y sus tropos (mencionemos solo cuatro: la metáfora, la alegoría, la hipérbole, la ironía) y enriquecen lo recursos retóricos. No estamos solo copiando sino ensayando como construir nuestra propia expresión lingüística, lo que con los años será nuestro estilo.
Es, además, un refuerzo de la memoria y la atención. Estamos ante una tarea que necesita retener información focalizadamente y esa atención y memorización se traduce en habilidades capitales para el trabajo intelectual.
Asimismo, esta copia de textos literarios puede ser una excusa para tratar del tema del texto oralmente, quizá para ensayar una posible continuación, o, en secundaria (de 5º a 12º del K-12), para esbozar una interpretación que puede acabar en una exposición oral de conclusiones. O en un breve trabajo de investigación.
Amor por la lectura y comprensión lectora
En los primeros años (primaria), en el estadio de la gramática (1º a 4º del K-12), los textos serán mitos, cuentos y fabulas (Esopo, La Fontaine, Andersen) y en secundaria puede aparecer Cervantes y en los últimos años Aristóteles. También hablamos entonces de textos de filósofos que contienen una definición de la verdad o auténticas enseñanzas morales que nos puede instruir para aprender a argumentar en la etapa de la lógica, y a expresarlos en el estadio de la retórica.
Nadie dice que este sea el único método. Hay muchos métodos -en consonancia con este- como la lectura en voz alta y el dictado que en secundaria se convertirán en la escritura de ensayos cuando no en la exposición oral del propio pensamiento ya en la etapa de la retórica. Si se hace bien, al cabo de los años se habrán copiado muchos textos -junto a los que se han escuchado y leído- que acaban conformando un paladar, un gusto por la copia/escucha/lectura de textos y libros de calidad que se puede convertir en un amor por el saber y la lectura. La deseada lectura por placer. No solo se leerá y se escribirá y disertará mejor, sino que se mejorará en un tema tan importante como descuidado: la comprensión lectora.
Susan Wise Bauer no deja de afirmarlo: la educación clásica, su modelo de Trivium, debe estar lleno de palabras, palabras, palabras (esta repetición es suya, no es de cosecha propia). En esta dirección hay que empaparse de este modelo en su reconocido y reeditado libro The well-trained mind (manejamos la edición de 2024) coescrito con su madre Jessie Wise. Según ellas el método es un aprendizaje word-centered y no tanto image-centered del que tanto se ha abusado en las últimas décadas en la escuela. Ambas son homeschoolers y con este libro se han convertido en una guía de referencia para muchas familias que practican el homeschooling, especialmente aquellas que siguen el enfoque de educación clásica.