No me considero tradicionalista, aunque en esta sede he escrito ya algunos artículos sobre liturgia de corte conservador (uno se llamaba "la dictadura de los liturgistas progres" y el otro "Cómo va cundiendo el ejemplo litúrgico de Benedicto XVI"). En otras sedes me interesé por la historia de la Reforma litúrgica, ponderando las ventajas y los inconvenientes sin querer sentar cátedra, que no podría, sino expresar lo que he aprendido leyendo sobre el tema.
Si algo he aprendido es que "la Iglesia, pues, fiel al mandato recibido de su Fundador, continúa el oficio sacerdotal de Jesucristo, sobre todo por medio de la Sagrada Liturgia. Esto lo hace en primer lugar en el Altar, donde es perpetuamente representado y renovado el Sacrificio de la Cruz, con la sola diferencia del modo de ofrecer; después con los Sacramentos, que son instrumentos especiales, por los cuales los hombres participan en la vida sobrenatural; y, por último, con el cotidiano tributo de alabanzas ofrecidas a Dios Optimo Máximo". Son palabras de Pío XII, en la Mediator Dei, y añado otra cita de la Sacrosanctum Concilium del Vaticano II, para que nadie me tache de preconciliar: "Con razón, entonces, se considera la Liturgia como el ejercicio del sacerdocio de Jesucristo. En ella los signos sensibles significan y, cada uno a su manera, realizan la santificación del hombre, y así el Cuerpo Místico de Jesucristo, es decir, la Cabeza y sus miembros, ejerce el culto público íntegro. En consecuencia, toda celebración litúrgica, por ser obra de Cristo sacerdotes y de su Cuerpo, que es la Iglesia, es acción sagrada por excelencia, cuya eficacia, con el mismo título y en el mismo grado, no la iguala ninguna otra acción de la Iglesia."
Pues bien, entre estos textos excelsos del magisterio y lo que veo que parece llevarse en Los Ángeles encuentro diferencias notables, aunque acepto que a algunos aquella liturgia californiana les parezca maravillosa. Pongo el enlace (a ver si me sale bien) para que se vea el esplendor litúrgico de aquellas tierras. Liturgia alegre, donde las haya, con no poco de jolgorio. www.youtube.com/watch
En su congreso anual de educación religiosa, evento que parece ser a nivel diocesano (quizás interdiocesano, por el número de obispos que aparecen concelebrando), y fue clausurado en su edición de este año la semana pasada, todo culmina en una Misa, en la que, presididos este 2010 por un obispo y en años anteriores por el Cardenal Mahony, concelebran sacerdotes y asisten diáconos con sus respectivas mujeres (espero), que parece no se han querido perder el acompañar a sus maridos en tan festiva ocasión. No digo yo que hagan monstruosidades, pero sí horteradas: Comienzan con un baile que parece sacado de la película "Memorias de una geisha", si no fuera porque hay algunos bailarines masculinos y no creo que haya "geishos". Los monaguillos brillan por su ausencia porque las monaguillas han tomado el poder, incumpliendo hasta las cuotas paritarias de la famosa ley Aido de igualdad de género. El diácono que lleva el evangelio, esta vez sin su mujer, se mueve con ritmillo de feria, parece Manolo Escobar bailando lo de "mi carro" o el Fari en sus mejores momentos. Y por último, el celebrante principal no parece ir recitando oraciones en su camino hacia el altar, sino palmeando coplillas (riéte tú del "Introibo ad altare dei"). Vaya, un ejemplo de devoción.
Pues si vemos el video de la misma celebración del 2008, esta vez presidida por el Cardenal Mahony, nos da la sensación que estos estilos litúrgicos llevan años siendo costumbre en aquella diócesis. En la de ese año, comienza la Misa con un baile de estilo Antonio Gades o Sara Baras (que es más moderna) mezclada con el cirque du soleil, y lo que sigue nos lo podemos imaginar.
He aquí, espero, el enlace de la liturgia del 2008:
www.youtube.com/watch
Bueno, pues aunque alguno me pueda llamar carca, a mi todo esto me parece un espectáculo, más o menos folclórico, pero sobre todo espectáculo, cosa que no encuentro en los textos eclesiásticos sobre el sentido de la liturgia. El Cardenal Mahony no tiene porqué ser Dom Gueranguer ni san José María Tomassi, y gusto ha demostrado tener poco, basta mirar la nueva catedral de Los Ángeles. Pero hacer una liturgia digna no es difícil, que lea el Misal (el de ahora, no hace falta buscar otras cosas), lo siga, y deje los bailes para las barbacoas del 4 de julio.