La iglesia de San Francisco de Borja, en la popular calle Serrano, de Madrid fue construida entre 1946 y 1950. Sustituyo a la que era, hasta 1931, la casa profesa de la Compañía de Jesús en Madrid y la parroquia del mismo nombre que se ubicaba en la calle de la Flor de Madrid. Desaparecido bajo las llamas del fuego anticlerical de mayo de 1931. En este templo solía escuchar misa todas las mañanas el almirante y presidente del Gobierno Luis Carrero Blanco. De regreso del templo en su coche oficial, sufrió un atentado la mañana del 20 de diciembre de 1973 con una bomba enterrada bajo la calle de Claudio Coello que hizo volar por los aires el vehículo hasta la azotea de la residencia de los jesuitas. Carrero Blanco murió en este atentado.
En ella se conservan los restos incinerados de san Francisco de Borja [urna sobre estas líneas] que sufrieron las iras del fuego del incendio en la recién estrenada Segunda República. Como señalábamos en 1931 incendian la iglesia de la calle de la Flor y parte de los restos del altar del santo son recuperados por unos fieles que los guardan hasta 1942, año en que los entregan al Instituto de Medicina Legal para su análisis. Tras laboriosas pruebas que duraron meses, se certifica en 1944 que una parte de dichos restos corresponden, efectivamente, al santo de Gandía.
Ya lo explicamos aquí:
1931. El cuerpo de San Francisco de Borja (1) - ReL (religionenlibertad.com)
1931. El cuerpo de San Francisco de Borja (y 2) - ReL (religionenlibertad.com)
Los jesuitas de Serrano son también famosos porque en su claustro se pueden venerar los restos de SAN JOSÉ MARÍA RUBIO, el Apóstol de Madrid.
[La agencia EFE publicó esta foto, el 13 de noviembre de 1967, con motivo del reconocimiento oficial de los restos del siervo de Dios, apóstol de Madrid, José María Rubio, "Padre Rubio". Fue canonizado el 4 de mayo de 2003, por san Juan Pablo II].
EL PADRE FERNANDO HUIDOBRO, SJ
Finalmente, hasta hace unos meses -cuando se entraba por la puerta de la izquierda del templo de la calle Serrano-, se encontraban en hermoso monumento los restos del valeroso capellán castrense, y sacerdote de la Compañía de Jesús, siervo de Dios Fernando Huidobro Polanco (1903-1937).
Pues bien, como ha informado la página web de la Archidiócesis de Madrid:
«El siervo de Dios Fernando Huidobro Polanco reposará, a partir de este 19 de julio, en un nuevo mausoleo en el claustro de la parroquia San Francisco de Borja, junto a la capilla del Santísimo. Hasta la fecha, sus restos mortales descansaban en el pórtico izquierdo del interior del templo, desde su entrada por la calle Serrano.
Con acceso por la calle Maldonado, este nuevo emplazamiento facilitará las visitas de los fieles y devotos, ya que antes solo se podía acudir a él cuando estaba abierta la iglesia. El claustro tiene un horario más ampliado al dar paso, además de a la capilla, a las salas donde se realizan encuentros y actividades. Además, la anterior sepultura estaba expuesta a humedades y desgastes, con lo que igualmente hubiera necesitado una reforma.
Por último, con este traslado los jesuitas «queremos dar a conocer una figura para muchos desconocida, pero cuya historia tiene mucho que decirnos sobre la reconciliación y el encuentro en un mundo crispado», se afirma desde la página web de la parroquia.
El párroco José María Olaizola, SJ, destaca del padre Huidobro «su interesante manera de ejercer el apoyo espiritual en aquel contexto, porque mostró una especial sensibilidad con los heridos, viniesen desde donde vinieran y con capacidad crítica contra los abusos y excesos, viniesen desde donde viniesen». Esto, apunta, resulta hoy en día «muy significativo en un mundo donde parece que la polarización y la crispación hacen que cada uno justifique todo en los propios y nada en los ajenos».
Por su parte, el delegado para las Causas de los Santos de la diócesis de Madrid, Alberto Fernández, ha apuntado que el hecho de que se traslade a un lugar más accesible «es importante porque para que llegue la beatificación del padre Huidobro es necesario que se demuestre un milagro realizado por Dios a través de su intercesión». Así, con este nuevo emplazamiento será más fácil que los fieles acudir «para depositar en la sepultura los anhelos, las peticiones, para que si Dios lo tiene a bien, un día se pueda obrar el milagro que permita la beatificación y si Dios quiere también el milagro que después permita la canonización».
El acto de traslado y bendición de esta nueva ubicación se llevará a cabo el viernes 19 de julio, a las 20:30 horas, en un acto presidido por el cardenal José Cobo, arzobispo de Madrid. Lo acompañarán el arzobispo castrense, Juan Antonio Aznárez; el provincial de España de la Compañía de Jesús, Enric Puiggròs, y autoridades militares, en una liturgia exequial con todos los honores.
En estos meses previos se ha realizado un análisis forense a los restos del sacerdote jesuita ante un tribunal nombrado desde la diócesis.
Capellán de la Legión durante la guerra civil española, el padre Huidobro falleció a los 34 años en la Cuesta de las Perdices por el impacto de un obús mientras atendía a un legionario herido. Era el 11 de abril de 1937. Precisamente fue el Arzobispado castrense el que impulsó en 2020 la reapertura de la causa -adormecida desde 1947- con motivo del centenario de la Legión».