Retomando lo que decíamos en la primera parte, sigo convencido de que lo que propone el Ministerio como Ley de Educación, no es la solución para los grandes problemas que tenemos planteados en la actualidad. Es más de lo mismo.
Sr. Ministro: aunque hay muchas preguntas que se podrían hacer, me limito a hacerle sólo una, que lleva implícita otra: ¿Están dispuestos a aceptar en el pacto para la educación lo que dice nuestra Constitución en su Art. 27, 3: Los poderes públicos garantizan el derecho que asiste a los padres para que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones? Mire si lo tienen fácil. ¿Uds. lo garantizan, o quieren implantar en vez de la dictadura del proletariado, la dictadura del laicismo? Si lo garantizan, adelante con el pacto. Si no lo garantizan, no estén mareando la perdiz y sigan haciendo lo que quieran; supongo que tanto la Iglesia como los padres intentarán que los tribunales hagan cumplir la Constitución.
Y la pregunta implícita: ¿Cree Ud. que si no se fomentan los valores morales entre los jóvenes va a mejorar la moralidad en nuestra sociedad? Porque si están promocionando la educación para la ciudadanía y con respecto a la nueva ley del aborto, por ejemplo, quieren obligar a que los niños aprendan en los centros de enseñanza que es normal matar a seres inocentes, y no les gusta admitir la objeción de conciencia en los profesionales de la medicina para negarse a realizar abortos, y que tan matrimonio es el compromiso de unión entre dos homosexuales como el matrimonio entre un hombre y una mujer, y que no importa el tipo de unión para poder adoptar niños, ¿creen Uds. que va a salir una buena ley de educación?
¿Creen que si están animando experiencias sexuales desde los centros de enseñanza, va a haber menos violaciones, menos mujeres tiradas en la cuneta de la vida, menos infidelidades matrimoniales, menos sufrimientos en los hijos cuando, ya de pequeños, ven que sus padres se separan y son encomendados a los abuelos, o a una tía, o unos van con su padre y otros con su madre? Sean sensatos y no hagan caso a cuatro grupos de gais y lesbianas que gritan mucho pero que ni son muchos, ni son ejemplo para la sociedad.
De verdad, Sr. Ministro, si su Gobierno tiene como intocable la ley nueva sobre el aborto, y su Ministerio quiere educar de acuerdo con esos criterios, creo que no es fácil llegar a un acuerdo básico y sólido sobre educación; es como intentar llegar a acuerdos cuando uno dice que es blanco lo que para otro es negro. Y desde luego, para la Iglesia, lo que Uds. piensan en materia de educación es de color negro, y muy negro. Mi consejo sería: sigan actuando como siempre y dejen tranquila a la Iglesia y sean veraces y nunca digan que han llegado a un acuerdo con la Iglesia. Y si les parece, según aquello de "pacta sunt servanda", cumplan los acuerdos con la Santa Sede.
Por otra parte, no se les ocurra pensar que los médicos son una banda de asesinos ni que los maestros son los consejeros de quienes justificarán a los asesinos. Se van a encontrar con un gran rechazo social por parte de unos y de otros, y con un rechazo de la mayoría del pueblo aunque les hayan votado mayoritariamente. No crean que en estos temas están de acuerdo con Uds. la mayoría de los españoles, gracias a Dios. Estoy convencido de que las leyes sobre el aborto y la educación si realmente llegan a aprobar ésta última, no van a durar mucho. Es que no han pensado lo absurdas que son.
Por último, una insistencia sobre la ley de educación que piensan aprobar. Uds. podrán decir que han consultado, pero, por favor, no piensen que somos niños. Sus intenciones las vemos y las hemos visto constantemente; no hay quien les aparte del camino de la laicidad; pero la laicidad no es la base para estructurar nuestra legislación; es una postura más junto a otras posturas. Sobre todo está la postura de la verdad y sobre ésta se fundamenta la vida social, y sobre ésta no puede fundamentarse la laicidad.
Mire Sr. Ministro, estamos ante hechos concretos que están ahí; los hewchos son tozudos, y contra ellos no hay argumentos. O corrigen su manera de proceder, o no digan desde el Gobierno que respetan y quieren respetar los derechos y las libertades.
¿No es verdad que los diálogos Iglesia-Estado se han interrumpido varias veces cuando se entraba en estos temas educativos, y el Gobierno ha ido dando largas sin llegar a soluciones concretas satisfactorias? Y es que el Gobierno sigue en materia educativa los principios de una enseñanza laicista. Se empeñan; consiguen legislar como les place tanto por número de votos como por transacciones, pero pronto o tarde, más pronto que tarde, esas leyes serán anuladas. Me lo dice el sentido común, mi conciencia y la confianza que tengo en los españoles.
José Gea