La comarca de La Campana de Oropesa y las Cuatro Villas es la más occidental de la provincia de Toledo, con clara cultura castellanovieja, y más concretamente abulense, en los usos y los paisajes. Su capital es Oropesa aunque la localidad más poblada es Calera y Chozas. Situada entre las faldas de la sierra de Gredos y el valle del Tajo, en el extremo occidental de la provincia, limita con la Comarca del Campo Arañuelo por el Oeste y Sur -El Puente del Arzobispo, Valdeverdeja, La Calzada de Oropesa y Alcolea de Tajo-, mientras que al Este lo hace con la zona de Talavera de la Reina. Corchuela, anejo de Oropesa y Navalcán es el pueblo situado más al norte, respaldado ya por las crestas de Gredos, tras la hondonada del valle del Tiétar.

En lo eclesiástico, y como hemos recordado en otras ocasiones, en 1936 el territorio de la Archidiócesis[1] de Toledo estaba repartido entre ocho provincias, a saber: Toledo, Cáceres, Badajoz, Granada, Jaén, Albacete, Guadalajara y Ávila.

Sin embargo, todos estos pueblos de la llamada Campana de Oropesa, eran de Toledo pero eclesiásticamente de la diócesis de Ávila. Por eso a la hora de consultar el Martirologio lo debemos hacer consultando la obra de don Andrés Sánchez Sánchez, Mártires de nuestro tiempo. Pasión y gloria de la Iglesia abulense (edición de José Antonio Calvo Gómez). Ávila, 2003. En 1953 pasan a la Archidiócesis de Toledo.

Los sacerdotes asesinados en La Campana y los de El Real de San Vicente (que también pertenecía a Ávila) tienen puestos sus nombres, dentro de los templos, con excelentes cerámicas de Ruiz de Luna. También en el exterior. Empecemos por Navalcán:

En Torralba de Oropesa, y también en el exterior. El tercero y el cuarto son dos sacerdotes asesinados y en proceso de canonización:

Del cuarto, y en la iglesia de El Real de San Vicente, donde yace sepultado, cerámica de este otro estilo:

Este motivo se repite en todas las iglesias de la Campana de Oropesa, donde el párroco sufriera el martirio. En Almendral de la Cañada (Toledo).

En Alcañizo (Toledo):

En Parrillas (Toledo), localidad cercana a Navalcán:

Finalmente, estas también en el lugar del enterramiento. En Oropesa, en memoria de uno de los coadjutores asesinados:

Y don Catalino que era el párroco de Las Ventas de San Julián (Toledo):

Son joyas cerámicas y deben conservarse.

[1] Anuario Diocesano de Toledo para el año MCMXXX, página 77-78.