Año del Señor 2023
23 de diciembre
Hola, buenos días, hoy Joane nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
LUZ PARA EL MUNDO
Tenemos la corona de Adviento colocada en la capilla. Según pasan las semanas, sus velas se encienden en todos los rezos y misas. La primera está casi consumida por el paso de las semanas. Sin embargo, a pesar de que iba menguando, sigue dando luz.
Lo importante de la vela es la luz; que la mecha se pueda encender en ella. Si te fijas, hay velas de todo tipo: pequeñas, grandes, estrechas, anchas… mientras haya vela y mecha; hay luz.
Pensaba en nosotros; somos como las velas: unos altos, otros bajos, más débiles o consumidos, robustos… seas como seas, estés como estés, puedes dar luz y ser luz para el mundo. Porque Cristo se apoya en ti para que seas esa luz.
No son las palabras ni grandes teologías las que transforman el mundo. Cuando Cristo toca tu corazón; te hace experimentar Su Amor; y de ahí se desprende la luz que es contagiosa e interpela: la alegría.
Estos días celebramos que ya nada “es lo mismo”; que Dios se ha hecho uno de nosotros y esto tiene un efecto en nuestra vida. Ha tocado nuestra humanidad, se ha hecho cercano por amor y se ha quedado con nosotros. En Él todo está vencido, este Niño al que miramos ahora es remedio para nuestros corazones heridos y sedientos. Por eso, tu alegría desde Él es el testimonio para la sed del mundo.
Parece que hay que estar alegres solo porque es Navidad y, sin embargo, en cuántas casas, por las circunstancias que están pasando, no puede ser real y profunda, si no es porque Jesús es el que llena esa realidad de esperanza e independientemente de las circunstancias, el gozo y la paz reinan en los corazones.
Hoy el reto del amor es que seas luz. Sonríe a conocidos y desconocidos y felicítales la Navidad porque “Un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado” (Is 9, 5). Que Él sea tu alegría y tu luz.
VIVE DE CRISTO
¡Feliz día!