Honrar a los muertos es una costumbre ancestral del ser humano. Si ya el hombre prehistórico hacía monumentos a los difuntos y no los dejaba por ahí a la intemperie sería por algo, tiene que significar algo, un sentido de la trascendencia que no podía explicar pero que intuía y sentía: que la muerte no era el final sino una transformación.
Todas las civilizaciones han enterrado o incinerado a sus muertos con más o menos cuidado y parafernalia y desde que el hombre tiene sentido religioso los ha honrado con ritos y oraciones.
¿Por qué los católicos tenemos un día especial para los difuntos?
1-Porque la Iglesia es Madre y las madres piensan en todo, sobre todo en los más débiles y/o necesitados.
2- Porque la vida diaria está tan llena de cosas de las que acordarse que es imposible tenerlas todas en la cabeza todo el tiempo, y establecer 1 día concreto al año nos lo facilita.
Pero además del día 2 de Noviembre la Iglesia dedica todo Noviembre a nuestros hermanos ya fallecidos.
Los difuntos ya no pueden hacer nada para ganarse el Cielo pero los vivos podemos ayudarles con nuestras buenas obras, oraciones, obras, limosnas y sacrificios. A las oraciones que ofrecemos por los difuntos se les llama “sufragios” y la mejor de todas es la Santa Misa. También podemos ganar indulgencias parciales o plenarias y ofrecerlas por ellos.
¡Ojo!: los sufragios les sirven a los difuntos de todos los tiempos, no sólo a nuestros conocidos. Esto no es ninguna tontería porque no sabemos quiénes necesitan aún purificar sus almas para poder presentarse ante Dios en el Cielo.
Esto no es nuevo, ya Cristo nos habló de ello en Mateo 22, 1-14, más concretamente en el versículo 12: “(…) y le dijo: Amigo, ¿cómo has entrado aquí sin tener un traje de boda?”. El traje de boda es el alma en estado de gracia.
Francamente, yo espero irme al Cielo derechita, con el alma bien limpia, con un traje de boda pimpante, pero si tuviera que esperar en el Purgatorio me encantaría que los vivos me ayudaran a acortar esa espera.
Para que la repitas durante este mes de Noviembre comparto contigo esta oración:
Que las almas de los fieles difuntos, por la misericordia de Dios, descansen en paz. Así sea.
Que Dios te bendiga y María te guarde.