Anticipación hacia el pasado: ¿qué hubieran declarado los Apóstoles el Viernes Santo si hubiesen estado inspirados por el espíritu de estos tiempos?
Hipótesis:
"La Comisión Ejecutiva del Colegio Apostólico hace saber a todos los creyentes que lamenta con profundo dolor el error cometido por uno de sus miembros, Judas Iscariote.
“Percibimos la consternación de los seguidores de Cristo ante el hecho de que nuestro querido hermano haya entregado al Redentor a manos del Sanhedrín por una suma de dinero, cuyo monto se está investigando. Creemos en lo profundo de nuestro corazones dolidos que nuestro hermano Judas nunca tuvo plena conciencia del daño que su transacción comercial podría ocasionar.
“Además, parte de esos fondos iban a ser destinados a los más pobres, por quienes todos nosostros, unidos en fraternal espíritu, hemos hecho nuestra opción.
“Más allá de estos hechos – que consideramos del ámbito de las acciones privadas de los hombres y libradas al juicio de Dios, cuya misericordia se manifiesta más y más en la medida que más nos apegamos a nuestras miserias – no podemos pasar por alto la existencia de una maniobra de sectores mafiosos enquistados en los pliegues y repliegues del poder.
“Víctima de estos engaños e intrigas, el hermano Judas se vio confundido y desconcertado en su buena fe. Su reconocido amor a los desposeídos (que tan justamente manifestara cuando María de Magdala desperdició un perfume de nardo de 200 denarios sobre los pies de Jesús) lo ha movido a aceptar este dinero, el cual planeaba utilizar para obras de caridad, bajo el auspicio del rey Herodes, con quien hemos establecido un diálogo profundo, sincero y enriquecedor en torno a una de las mesas rescatadas del atrio del templo, después del penoso episodio en que Jesús se alteró – víctima de un comprendible estrés – y las arrojó por el suelo, golpeando a los mercaderes con un látigo.
“Que nuestro querido hermano Judas Iscariote sienta el afecto y la compresión de todos nosotros, así como del pueblo fiel. No cabe recriminación alguna sino la fraterna interpelación que nos angustia en estos momentos: ¡que no nos investiguen a nosotros!”