ESO DEPENDE DE TI

 Todas las demás cosas deben;
el hombre es el ser que quiere.
-Friedrich von Schiller-

          Cuentan que una mujer soñó una vez que la perseguía un enorme y aterrador monstruo. Corría velozmente hacia la señora que huía despavorida sintiendo cómo el deforme ser le pisaba los talones, babeando y emitiendo ruidos horrísonos.

          En su intento desesperado de escapar, la señora se metió en un callejón sin salida: estaba atrapada. Con la espalda contra la pared, observó al monstruo acercarse cada vez más. Cuando lo tuvo a escasos centímetros la mujer le gritó horrorizada y desesperada:

          —¿Qué horribles cosas me vas a hacer?
         —Eso depende de ti, le dijo el monstruo; ¡este sueño es tuyo! 

         En ese momento, la mujer podía decidir si quería ser devorada por el monstruo, que el monstruo se convirtiera en un príncipe azul o que el deforme ser se esfumara. Era su sueño, y tenía el poder de determinar el desenlace.

          Nuestra vida se asemeja mucho a nuestros sueños. Si nos lo proponemos, conseguiremos el control de nuestros pensamientos, y enfocar nuestras vidas como mejor nos parezca. Si nuestros pensamientos engendran monstruos, con esfuerzo y tesón podemos controlar al monstruo, y convertirlo en algo capaz de crear una imagen positiva de nosotros mismos.

          Todos tendemos a convertirnos en lo que pensamos que somos, y si nos presentamos ante el mundo como una persona que merece la pena, los demás nos responderán de forma positiva y con aceptación.

          La clave está en aprender a actuar de dentro a fuera, y no abandonarnos a las impresiones exteriores, dejándonos llevar mecánicamente como una cáscara de nuez abandonada al oleaje cambiante del mar.

          Es posible, aunque no fácil, crearse un modo de ver y recibir las cosas fortaleciendo nuestro interior, construyendo, así, una postura mental sana que nos haga ver, recibir y trabajar las cosas, reaccionando adecuadamente ante ellas, con un estilo constructivo, brillante y sanamente optimista.

          Todos tenemos alguna postura mental ante la vida, pero no todos utilizamos la postura mental sana que ayuda a ver la cosas por el lado agradable y provechoso. Lo dice el saber popular:

 ¡En este mundo traidor
nada es verdad ni mentira.
Todo es…según el color
del cristal con que se mira!

          Con frecuencia, la tristeza, el malhumor, el fracaso, la amargura… están en nosotros mismos más que en las circunstancias, y si sabemos mirarlas con cristal de diferente color, nos producirán reacciones también diferentes.

 Es indudable la influencia del ambiente y las circunstancias en nuestra forma de ser y actuar, pero, al final, el ser constructivo o no, eso depende de ti.