Cuando casarse es un peligro

 

   Está claro que hay veces en las que no hay que casarse, de lo contrario se está uno exponiendo a un fracaso.

   Por ejemplo, ante un embarazo imprevisto una de las soluciones que hay es casarse.

   Para no faltar al sentido co­mún, esto sólo se debe hacer si la única decisión que se va a tomar es que la boda se adelante un tiempo razonable, por­que lo de casarse ya estaba decidido.

   Pero casarse porque me he quedado embarazada, es ex­ponerse a fracasar, con bastantes probabilidades.

   Hay veces, y ocurre cada vez más, que personas que quie­ren casarse, lo que desean en realidad es irse de casa.

   Aun­que parezca que los hijos se van cada vez más tarde de casa, lo cual es verdad, esto que acabo de decir también ocurre muy a menudo. Fundamentalmente, debido a lo mal que funciona el matrimonio de sus padres. Quieren casarse, huir de ese ambiente.

   Cuando se sea consciente de que ésta es la motivación que tengo, o tiene, para casarse, hay que pensárselo muy se­riamente. Debido al número de matrimonios que no fun­cionan, las situaciones de este tipo van en aumento.

   También hay personas que piensan que el matrimonio  va a ser la solución a algunas carencias que tiene en su vida, como pueden ser, por ejemplo, la posibilidad de superar al­gunas adicciones al alcohol, al sexo o al juego.

   Si lo que le pasa es enfermizo, el casarse no quita ese tipo de enferme­dades. No es el camino.

   Tampoco es infrecuente el caso de algunas personas que se casan para ser aceptadas socialmente, ante algunas disfunciones que puedan padecer.

   Todos estos ejemplos que acabo de poner, y otros más, son muy frecuentes, aunque parezca lo contrario.

 

   Últimamente hay personas que han llevado una vida tan desordenada que piensan que no van a ser aceptadas de por vida por nadie. Si encuentran a alguien que las aceptan se casan. Peligro. No es un motivo para casarse.

 

 

   Uno debe casarse por otros motivos: porque se aman y quieren hacer un proyecto de vida en común.

   Al mirar para adelante, ven que miran en la misma dirección, y en las co­sas importantes, al mismo punto.

   Si no es así, déjalo, vas a hacer sufrir a unas cuantas personas de por vida.