Lo que está sucediendo en el mundo no se puede comprender en absoluto si no somos conscientes de que existe un enemigo espiritual que está en combate con Dios, su creación y su Iglesia. Su motivación es el odio al creador y el deseo de corromper su creación.
Ese enemigo ha actuado a lo largo de la historia a través de gente a la que ha engañado para que sigan sus planes. Se presenta como un falso dios que hace sombra al Creador, desde los ídolos, pasando por el gnosticismo y llegando a la masonería y similares.
Se autoproclama un "ser de luz" y afirma pretender liberar a los hombres - sobre todo a sus "elegidos" - de la tiranía de Yahveh, considerado como un "dios inferior". Ellos se creen con la misión de dominar el mundo y someterlo a los designios de Lucifer.
Él les ha dicho que Satanás no existe, que es un invento de la Iglesia, y que la identificación entre Lucifer y Satanás es un intento de los siervos del dios inferior de sabotear sus planes. Este grupo de gente existe, y conspira en la sombra para destruir al hombre.
Esto no es una broma ni una conspiración. Es real. Y que no lo creas, no lo sepas o mires a otro lado no lo hace menos real. Ellos se han hecho con el poder y lo usan para ir imponiendo una ideología antinatural para herir el Corazón de Dios y arruinar su plan de amor.
Ellos se creen superiores, creen servir a un propósito destinado exclusivamente a ellos y piensan que recibirán una retribución tras la muerte, no como el resto de los hombres, inferiores, no iluminados, que son mera carne despreciable que se descompone y desaparece.
Venden sus ideas bajo la bandera de la libertad con la intención de someterlos a la esclavitud de las pasiones. Así piensan dominar sobre ellos y cumplir el designio de su "dios". Piensan que la subversión del orden natural traerá el caos al que seguirá su propia glorificación.
Esta es la teoría del antinomismo. Incumplir la ley para que venga el "mesías", que será obviamente el anticristo. Hay gente que piensa que no puede haber gente tan mala, que todo esto es demasiado retorcido. Que es imposible que los magnates y políticos sean tan malos.
Creen que no es posible que filántropos, políticos, farmacéuticos, inversores, dueños de redes sociales y productoras se pongan de acuerdo en un plan tan global. Pero eso es exactamente lo que está pasando. Es posible, es real, y hay que abrir los ojos. Está sucediendo.
Dentro de la Iglesia hay gente que se sube al carro de ese pensamiento único aparentemente libertario que se está propugnando. Algunos son infiltrados, otros lo hacen de buena fe, pero están equivocados. Ignoran las tretas del enemigo y sin querer bailan a su son.
Es necesario abrir los ojos. Los que estamos dando la guerra desde la verdad revelada por Jesús no somos tradicarcas o enfermos retrógrados. Sólo estamos conscientes de este combate y sabemos que no debemos cejar en nuestro esfuerzo. Pero cada vez son más los engañados.
Amigos, despertad. Estamos en guerra. En una guerra espiritual que lleva milenios librándose, y que está acelerándose a pasos de gigante. Y el enemigo, aunque sigue en la sombra, es cada vez más descarado. No podemos permanecer más tiempo en esta ignorancia.
No podemos fingir una falsa paz ni pactar con los postulados de este nuevo pensamiento único. En ocasiones es frustrante verlo con tanta claridad, y ver cómo mucha gente prefiere permanecer en la ignorancia y contribuye a la derrota de la humanidad.
Aún así sabemos que la última palabra la tiene Dios, y es una palabra de victoria. Pero es necesario que demos la batalla. No podemos dormir ni quedarnos plantados esperando que Dios lo haga todo. Estos tiempos excepcionales exigen todo nuestro esfuerzo y paciencia.