PUNTO DE VISTA DEL PSOE SOBRE LA EDUCACION
Hace poco escribía Mons. Cañizares: «El peor de todos los males... es no saber ya qué es moralmente bueno y qué es moralmente malo...; se ha perdido el sentido de la bondad o de la maldad moral; todo es indiferente y vale lo mismo; todo es relativo y casi todo vale; todo está permitido; todo es lo que cada uno decide por sí y ante sí como válido... parece que nada queda sobre lo que asentar la vida del hombre, a no ser la voluntad o el deseo de tener, consumir y disfrutar, o de conducirse con una libertad omnímoda». Creo que la descripción es objetiva.
Ante esta situación, la escuela ¿qué orientación debiera ofrecer? ¿Qué formación debe garantizar? Si se trata de educar, ¿se debe fomentar la validez del todo vale, o hay que fundamentarla en determinados principios? ¿Cuáles? ¿Qué relación debe haber entre los padres y el centro escolar? Preguntas a las que hay que responder respetando los derechos de todos, pero teniendo en cuenta que todo debe centrarse en el bien del niño.
¿Qué opina el PSOE sobre la función de la escuela? Desde muchos años y en múltiples Congresos, el PSOE se ha decantado por una escuela laica de la que intentan desterrar todo lo que suene a religión. Vale la pena recordar algunos textos:
«Continuaremos defendiendo una escuela aconfesional y laica...» (Anexo del Acta del XIX Congreso)
«Enseñanza laica, desapareciendo las materias religiosas obligatorias de centros y planes de estudios» (XXVII Congreso)
En el Congreso de FETE en Cádiz 1976, al hablar de la alternativa socialista para la enseñanza, ya se decía: «La enseñanza tenderá a desarrollar el sentido crítico sin valores absolutos previos, religiosos o morales o económicos».
«La enseñanza ha de ser laica: deberán desaparecer todas las materias confesionales de los planes de estudio"»
Ante esto, uno se pregunta ¿con qué derecho se arroga el Gobierno unas competencias que no le pertenecen? ¿Es que por obtener una mayoría en las elecciones ya puede legislar como le plazca? ¿Y los padres? ¿no son los primeros responsables en la educación de los hijos? ¿Y qué dice la Constitución respecto a la línea a seguir? ¿Se tiene en cuenta el deseo de los padres en cuanto al modelo de educación que desean para sus hijos?
Me da la impresión de que con acciones muy bien programadas, el Psoe quiere cumplir lo que aprobó en sus Congresos: desplazar de la vida social y de la educación, los valores religiosos, es decir, los valores que para el cristiano son el centro de su vida y la razón de su existir y de su actuar en todos los campos.
En esta cuestión, son los padres quienes deban actuar, defendiendo y exigiendo sus derechos. La Iglesia apoyará a los padres en defensa de los mismos, no queriendo gobernar sino defendiendo los derechos de los padres de cualquier confesión que sean y defendiendo el bien común. Lo mismo deberá defender los derechos de los padres católicos como los de las otras confesiones y los de los padres ateos.
¿Son conscientes nuestros gobernantes de que están intentando negar a los padres el derecho constitucional de que sus hijos sean educados en la línea que ellos libremente han elegido? El Gobierno intenta asfixiar los valores religiosos y morales en los centros estatales y públicos, y lo está intentando en los privados.
¿No sería ya hora de que el Gobierno se quitase de la cabeza tantos prejuicios que tienen con respecto a la Iglesia y que atendiesen al bien de toda la sociedad respetando todos los valores y todas las libertades? No se olvide que me estoy refiriendo a las libertades de todos, católicos, protestantes, judíos o musulmanes; porque la razón es la misma: respeto a los derechos de los padres.
El laicismo es una opción; no es una base válida para todos. Una educación laica no es para todos; es una manera de educar sin valores religiosos y morales. La otra opción es la educación moral y religiosa. ¿Con qué derecho quiere obligar el Estado a una educación laica? Esto no es como aprender el código de la circulación o las matemáticas. La línea educativa no es competencia del Estado sino de los padres.
Estas son las raíces que, a mi modo de ver, habría que arrancar para empezar un nuevo clima de diálogo y de mutua colaboración en bien de nuestro pueblo.