Año del Señor 2020
2 de noviembre
Hola, buenos días, hoy Joane nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
“MENOS DA UNA PIEDRA”
Llevaba tiempo preparando el material para tallar un icono en una vela. Tenía los buriles, los acrílicos y la vela preparados y todo en mi imaginación.
El viernes me puse a trabajar en ello. Dibujé con cuidado la imagen sobre la vela, todas las líneas, una por una, y después me puse a tallar el contorno. Esa parte fue sencilla pero, cuando comencé a entrar en los detalles... se empezó a desmenuzar esa parte de la vela.
Imagina mi frustración en ese momento, ¡no tenía nada! Justo entonces, una hermana llamó a la puerta:
-Joane, te traigo estas piedras.
“¿Piedras? Menudo momento para traer piedras”, pensé. Pero me acerqué, cogí una en mis manos y me acordé de que tenía un tallador que nunca había probado. La subí a la celda y pude tallar sobre ella el icono que no pude en la vela. Me impresionó cómo, de lo que parece más rígido, más difícil... salió algo.
“Menos da una piedra” dicen, pero, a pesar de ser piedra, da. Antes teníamos una vela que ahora, al pensar en ella, la recordamos fácil de tallar por las circunstancias; sin embargo, al profundizar en detalles, también se desmenuzaba, pues la debilidad nos acompaña siempre, independientemente del soporte: soledad, faltas de perdón, heridas de confianza, momentos de debilidad...
En cualquier circunstancia, la debilidad es compañera de viaje; de ahí que Cristo se haya hecho hombre por ti, haya vivido tu vida, palpado tu debilidad más profunda y haya muerto y resucitado por ti.
Ahora es verdad que, más que sobre cera, parece que tenemos que tallar nuestra vida sobre piedra, y es en Cristo donde recuperarás la esperanza para que esto suceda. Cuando sientas que el miedo, la soledad, las dificultades... impidan que la piedra sea esculpida, deja tu vida en manos de Cristo; podrás descansar y Él podrá esculpir Su rostro en ti.
Hoy el reto del amor es que dejes que Cristo esté por encima de tu debilidad y puedas descansar en Él. Cada vez que te surja un miedo, una expresión de enfado, mires al pasado o al futuro... pon tu mirada en Cristo y dile algo: “Sé que cuidas de mí, lo dejo en tus manos”. Descubrirás que el corazón descansa en Él y que, caminando de su mano, hasta en las “piedras“ se podrá esculpir Vida.
VIVE DE CRISTO
PULSERA-DETENTE
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¡Feliz día!
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