Si algo revelan los últimos eventos es que sin casi darnos cuenta, se han concitado España cuatro revoluciones simultáneas, unas en estado más avanzado, otras menos.
La primera es una revolución que nos pone contra nuestra propia realidad geográfica, españoles que no saben dónde empieza España ni dónde termina.
La segunda es una revolución que nos sitúa frente a nuestra propia historia, negando la mayor y mejor parte de ella para convertir nuestros peores hechos históricos en los únicos ensalzables.
La tercera es de las cuatro, -lo que son las cosas-, la que se antoja menos avanzada: trátase de una “simple” revolución al uso de signo comunista, en situación larvada todavía.
Y la cuarta, la más preocupante, es una revolución de corte antropológico que va contra el ser humano en su integridad y su esencia, la cual cuestiona su papel en la historia del planeta, su derecho a poblarlo y reproducirse, su misma legitimación para modificarlo.
Las cuatro fueron desencadenadas por ese portento de la historia española llamado ZP, aunque a decir verdad, otro llamado Rajoy que recibió inusitado poder para haberlas paralizado, tampoco hizo nada por ello. Y ahí las tienen Vds.
Corren malos tiempos para España, la verdad.
Doscientas palabras sobre la cuádruple revolución que afronta España. Contad si son doscientas y está hecho. Que hagan mucho bien y que no reciban menos.
©L.A.
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