Leo la reseña que hace nuestra página de la conferencia que dictó el Sr. Martín Pallín en Albacete. De corte netamente laicista, pero del más rancio. Precisamente en el centro Cultural la Asunción, sito en la calle de las Monjas, arremete contra todo lo que suene a trascendente, a espiritual, y en concreto a católico.
Pero leyendo algunas de sus afirmaciones me quedo obnubilado, sin llegar a entender que esto lo diga todo un Magistrado emérito del tribunal Supremo, un experto en Derecho y, se supone que defensor de la justicia. Por simple cultura general es sabido que el fenómeno religioso nace con el hombre, desde que el hombre pisó la tierra, todas las tierras del planeta azul. Coja usted la Biblia, el Corán, el Talmud, las pinturas rupestres, las culturas precolombinas de América, los ritos religiosos de África, Asia, Oceanía, y de nuestra querida Europa. Para eliminar ese sentido de lo sobrenatural el ateísmo laicista tiene que recurrir a campañas bien orquestada, como sus propias conferencias en Albacete, a los medios de comunicación de masas que machaconamente intentan ridiculizar toda referencia a lo sobrenatural, y en especial si viene de la Iglesia Católica. En los regímenes laicistas siempre han echado mano a la fuerza que les da el poder para intentar imponer un ateísmo oficial. Véase nuestra República, o las dictaduras marxistas, o los agresivos planes educativos de gobiernos que militan en las mismas filas que el Sr. Magistrado.
Entre Pallín, Pajín, Aido, Teresa, Trinidad, y toda la peña, se han propuesto borrar del mapa todo lo que huela a Dios y católico, y de ese modo elaborar una nueva versión de las “tablas de la ley” en las que todo lo estrambótico esté permitido y aplaudido. Y dejando, por lo tanto, fuera de la ley, es decir ilegal, lo contrario de lo que ellos defienden y sancionan.
NO me puedo creer que todo un Magistrado, aunque sea emérito, pueda decir:
“Los eclesiásticos están en su derecho al amenazar con los males del infierno, y los legos antiabortistas pueden utilizar el tremendismo de la trituradora de fetos como argumento de impacto visual si no tienen capacidad para debatir la cuestión en el terreno de la lógica, la ética y la inteligencia. Sólo la intolerancia es inconstitucional.”
¿Realmente cree usted que amenazamos con el infierno, o sencillamente estamos defendiendo la vida? ¿Los antiabortistas son unos legos? Pues acaba de degradar a multitud de médicos y expertos en biología que defienden la vida desde sus comienzos en el seno materno. ¿Es que realmente no hay trituradoras en los abortorios? Pásese por alguno de ellos y compruebe lo que hacen con los seres humanos eliminados. O van a la trituradora, o a la incineradora, o a la industria para elaborar productos de belleza, etc. Usted debe saberlo. Y, ¿es posible que a todos los que defienden la vida los tache de ilógico, poco inteligentes e inmorales? ¿Qué tiene usted en su cabeza para atreverse a decir tal majadería? Su madre, que le dejó nacer con normalidad, ¿era una tarada mental? No lo creo. Si no hubiera defendido la vida usted no estaría en este mundo dando conferencias.
Von Braun
Me permito citar unas palabras de un científico de fama mundial: Wernher von Graun, que dice: Con toda la ciencia del mundo, nosotros tenemos necesidad de creer. A la cuestión de cuál es la verdad, el hombre no ha estado nunca tan cerca de encontrar una respuesta como por el camino de la ciencia. Personalmente yo creo en la victoria final de la verdad. Los materialistas nos dicen que el conocimiento científico nos permite prescindir de la fe en un Creador. Sin embargo, el hombre necesita la fe como necesita el pan, el agua o el aire. Con toda la ciencia del mundo, nosotros necesitamos tener fe” (Citado en “Existe Dios”, de Manuel Arnaldos, Biblioteca Básica del Creyente, pág. 238).
Yo no tengo más que añadir. Tal vez recordar aquellas palabras del Prólogo del Evangelio de San Juan:”La Luz vino al mundo y los hombres han preferido las tinieblas porque sus obras eran malas”.
Juan García Inza