Hace dos años se celebró en la catedral de Plasencia (Cáceres) la XXVI edición de Las Edades del Hombre. Se trata de una serie de exposiciones, organizadas desde 1988, para la difusión y promoción del arte sacro de las diócesis españolas de Castilla y León. Fue la primera ocasión en la que la exposición salía de las fronteras de Castilla y León, exceptuando las ediciones internacionales de Amberes (1995) y Nueva York (2002).
La exposición ofrecía un capítulo importante para los protagonistas de las expediciones evangelizadoras hacia el Nuevo Mundo. La muestra terminaba sorpresivamente con estos tres paneles en donde se proyectan los nombres de los 1.400 misioneros extremeños que partieron hacia América y Filipinas en los siglos XVI y XIX. [En la primera fotografía, al final de la misma, los tres paneles. Bajo estas líneas, la influencer Patty Gruart publicó esta imagen].
Uno de ellos fue el pacense Juan Godínez, sacerdote diocesano, que fue quien celebró hace 500 años la primera misa en Guatemala.
Jorge Lardé (1920 - 2001) historiador, docente y periodista salvadoreño, en un artículo publicado en el salvadoreño El diario de hoy, del 5 de noviembre de 1980 nos explica que:
El primer presbítero secular que holló las tierras de Utatlán, Guatemala y Cuzcatlán fue Juan Godínez, capellán del ejército que comandó en aquel año memorable el capitán Pedro de Alvarado.
Su cuna: la ciudad de Badajoz, en la provincia de Cáceres (Extremadura). El año de su nacimiento, cerca de 1475; y sus padres legítimos: Luis Díaz Godínez y Mayor Morales de Toro. Se ignora donde estudió y en dónde se ordenó sacerdote. Pero se sabe que fue párroco por “muchos años”, según sus propias palabras, “de la iglesia mayor de Manzanete… ques tierra de Badajoz” [la localidad pacense se llamaba exactamente Aldea de Manzanete o Puebla de Manzanete; en 1628 pasó a llamarse La Roca de la Sierra]. En su testamento Juan Godínez manda entreguen a Manzanete 30 pesos de oro de sus bienes.
Hay otras dos iglesias en su provincia natal que recordaría igualmente en vísperas de su óbito: “y la iglesia mayor de la ciudad de Badajoz que se llama San Juan”, donde tal vez fuese bautizado; y “la iglesia mayor de Montijo cerca de Badajoz”, donde acaso cantara su primera misa, a las que dejó respectivamente mandas de 10 y 20 pesos de buen oro.
A edad ya madura pasó a las Indias Occidentales y en la isla de Haití o La Española sirvió como “beneficiado” en “la iglesia de Azua”, a la que dejaría 20 pesos de oro.
Finalmente, para el relato histórico que deseamos hacer, aparece, en diciembre de 1523, como capellán en el ejército comandado por Pedro de Alvarado [ el pacense Pedro de Alvarado y Contreras (1485 - 1541) gobernador y capitán general del Reino de Guatemala, caballero de la Orden de Santiago, fue un conquistador español que participó en la conquista de Cuba, en la exploración del golfo de México y de las costas de Yucatán, y en la conquista de México-Tenochtitlán dirigida por Hernán Cortés, así como en la conquista del área maya en gran parte de América Central (Guatemala, Honduras y El Salvador). Fue conocido por el sobrenombre de Tonatiuh, que significa el sol en lengua náhuatl] y destinado a la conquista de los reinos quiché, cakchiquel, pipil y otros de estos confines, y como tal fue testigo ocular y copartícipe de los hechos de esa epopeya indohispánica.
Sigue contando el historiador Lardé que “estando en el real castellano, fuera del peñol de Gumarcaah o Utatlán, el martes de la Semana Santa, que se contaba 22 de marzo de 1524, ocurrió un suceso que tendría significativa trascendencia: el nacimiento de una niña mestiza o ladina: Leonor, hija del conquistador peninsular apellidado por los indios Tonatiuh (el sol) y de la princesa tlaxcalteca Tecuilhuatzin o María Luisa Xicontecatl, infanta “a quien bautizó -según consta en una Probanza de Méritos y Servicios hecha en Guatemala el 13 de julio de 1568 -el presbítero Juan Godínez”. Lo cual demuestra contra algunos historiadores que Juan Godínez sí participaba de aquella expedición castrense de 1524.